viernes, junio 29, 2007

Iphone abre la puerta


Steve Jobs es conocido por muchas razones. La que prefiere escuchar sus fans es la historia de esfuerzo posterior a su retiro de la Universidad, cuando tenía que caminar 11 kilómetros para conseguir comida en un local Hare Krishna y no "morirse" de hambre. Hay otros que prefieren leer los sucios trucos legales de Apple en la venta de títulos accionarios y que incluso significó una investigación de la Securities and Exchange Comisión. Pero le quitará hoy la categoría de ser la más popular de las compañías tecnológicas, la madre del objeto más deseado por estos días: el Iphone. Macintoc está casi en la línea de culto y sus cinco mil empleados lucen como seres privilegiados. Hoy es el día del Iphone y lo que la gente quiere escuchar es la historia de una empresa que se fundamenta en la innovación, en la belleza, en la búsqueda de la convergencia y del espacio para el desarrollo de plataformas que en el corto plazo mejorarán (¿democratizarán?) el acceso información general y de contenidos preestablecidos. Cumpla o no la expectativas el Iphone marcará una pauta a la competencia, que quizás haga olvidar pronto el mundo Iphone. Así lo establece Walter Mossberg, el influyente columnista del Wall Street Journal en la siguiente columna.
online.wsj.com
A pesar del frenesí que se ha generado en torno al lanzamiento del iPhone de Apple, que sale a la venta la próxima semana en Estados Unidos, los fabricantes de celulares inteligentes no se han quedado de brazos cruzados. Estas empresas continúan sacando al mercado nuevos modelos capaces no sólo de hacer llamadas e intercambiar mensajes de texto, sino también de gestionar email, navegar por Internet, tomar fotos y reproducir música y videos.

De hecho, ya hay tantos competidores en esa categoría que cuesta seguir el rastro de todos. De todas formas, en las últimas semanas me di a la tarea de probar dos teléfonos inteligentes que encuentro especialmente interesantes. Uno es el último intento del fabricante del BlackBerry, Research in Motion, de conquistar a más consumidores. El otro es un teléfono con cámara de alta resolución de Nokia, con un precio más alto que el propio iPhone.

El nuevo BlackBerry Curve 8300 es una especie de cruce entre el Pearl, un aparato sencillo orientado al consumidor promedio, y el 8800, un modelo más tradicional. Cuesta US$199 en Estados Unidos con un contrato de servicio a dos años. De momento, no existe una fecha concreta para su disponibilidad en América Latina.

A diferencia del Pearl, que logra una silueta esbelta gracias a un teclado comprimido en el que dos letras deben compartir un mismo botón, el Curve tiene un teclado completo, aunque un poco estrecho. No tuve inconvenientes para usarlo. El Curve también usa la misma rueda de desplazamiento en el centro que el Pearl, en lugar del famoso dial lateral de los otros modelos.
Para acomodar el teclado y una pantalla más amplia, el Curve es más ancho y grueso que el Pearl, y tiene una apariencia más parecida a la de los BlackBerrys tradicionales. También es un 20% más pesado, aunque es más estrecho, corto y liviano que el 8800, pero un poco más grueso.
El Curve no cuenta con ningún adelanto tecnológico. Es principalmente un intento de llevar las capacidades de correo electrónico de BlackBerry a un modelo que no sacrifique el teclado como lo hace el Pearl. Tiene todas las características tradicionales del BlackBerry, más una cámara de dos megapixeles, una ranura para una tarjeta de memoria y la capacidad de reproducir música y videos.

En mis pruebas, no tuve problema alguno con el Curve para enviar y recibir correos, mostrar o tomar fotos o reproducir música. Pude transferir algunas canciones y fotos desde mi computadora y se vieron y escucharon perfectamente. La calidad de la voz estuvo bien y la batería ofrece 4 horas de duración de conversación, algo razonable, aunque no extraordinario.
Una función agradable es que el Curve tiene un conector para audífonos estándar, capaz de reproducir música en estéreo y recibir llamadas. También incluye Bluetooth, para usarlo con manos libres inalámbricos y en los autos que cuentan con esa tecnología. Pero carece de capacidad de conexión a Internet Wi-Fi. El navegador de la Web, a su vez, me pareció mediocre.
Por su parte, el Nokia N95 carece de teclado completo. Su función de correo es primitiva. Pero es comprensible teniendo en cuenta que el email no es su principal propósito. Lo que el N95 se propone es ser la mejor combinación de cámara y teléfono, y de acuerdo a mis pruebas, lo es entre todos los aparatos de este tipo que he probado. El teléfono ya está disponible en México y Brasil y desde julio lo estará en el resto de América Latina. El precio, que en EE.UU. es de US$749 sin plan, dependerá de los subsidios que apliquen los operadores de telefonía celular en la región. La cámara tiene una resolución de 5 megapixeles, algo muy extraño en un teléfono, y toma fotos maravillosas.

Al igual que el Curve, el N95 tiene una buena calidad de voz y, a diferencia del BlackBerry, puede usar redes Wi-Fi. La duración de la batería es sólo aceptable: alrededor de 3,5 horas de conversación. Aunque Nokia promociona el navegador en la Web del teléfono, me pareció poco impresionante. Pero el teléfono incluye mapas GPS, con navegación opcional.

Físicamente, el N95 es pequeño, pero abultado, y por un lado, se ve cómo una cámara de color ciruela. Si desliza la pantalla en una dirección, descubre el teclado. Si la desplaza hacia el otro lado, descubre controles estándares para reproducir música y video. Pude transferir algunas de mis fotos y canciones desde una computadora, pero cuando las reproduje, las canciones no desplegaron las carátulas de los álbumes en la pantalla.

Por US$749, podría comprar el Curve y una cámara digital muy buena. El N95 es más para un aficionado a la fotografía que quiere tener combinar todo en un aparato. El Curve, en cambio, es un teléfono inteligente para un usuario más promedio que busca una muestra equilibrada de funciones a un precio bajo.

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martes, junio 26, 2007

Cómo atraer a los jóvenes


El director del diario la República, de Italia, decía que ellos no habían perdido lectores sólo porque la esperanza de vida había aumentado en su país y sus antiguos lectores hoy se morían más tarde. El Pew Institute mostró en su último estudio de audiencias que los jóvenes no sólo no consumen menos papel, sino también menos TV. Otras investigaciones muestran que este segmento ni siquiera visita los websites de los medios tradicionales. Al momento de elegir prefieren sus puntos de referencia, es decir Google News y Yahoo. Este Artículo muestra las estrategias de los diarios para reconquistar a esta audiencia distante, sobre la base de contenidos propios y gratuitos. El New York Times debiera sacar a fines de años su nuevo emblema para la conquista de los jóvenes y otras cadenas están reorientando antiguos productos. Todos bajo la consigna que los jóvenes siguen interesados en las noticias, como lo afirmara Phillip Meyer en Vanishing Newspaper. La incógnita es si las plataformas clásicas podrán cumplir esta misión o finalmente este esquivo mercado se mudará definitivamente a la red.

Por Tino Fernández
The New York Times planea lanzar un tabloide gratuito dirigido a los jóvenes. El pasado 15 de diciembre, el director ejecutivo del Times, Hill Keller, mencionaba la existencia de un prototipo dirigido a este segmento de la audiencia. Según New York Observer, el futuro tabloide podría llamarse de Urban Eye, que constituirá una marca exclusiva y distinta de la de NYT.

La iniciativa del Times recuerda mucho a la que el Washington Post Co. inició con el lanzamiento de Express, otro tabloide gratuito de 24 páginas, con un a circulación de 125.000 ejemplares que pretendía captar al público joven y ahuyentar de paso a posibles competidores de su periódico. Express formaba parte de la estrategia de la compañía editora del Post por rejuvenecer su audiencia, muy maltrecha sobre todo en el segmento de lectores entre 18 y 34 años, la mayoría de los cuales consume la información a través de Internet. En Estados Unidos los índices de lectura de diarios entre los jóvenes de 21 a 25 años han pasado del 45% en la década de los 70 al 20% actual.

De todas formas, el intento más relevante en este sentido fue el de las compañías editoras del Chicago Tribune y del Chicago Sun-Times con sus respectivos diarios, Red Eye y Red Streak y que produjo “resultados mixtos”.

Chicago Tribune Co. lanzó Red Eye, dirigido al público de 18 a 34 años que no lee su hermano mayor, el Chicago Tribune. El resultado fue que, mientras los anunciantes acogían el diario para jóvenes, los lectores se mostraban reacios a pagar por cada ejemplar.

Para los expertos, el verdadero reto cuando se lanza un periódico de este tipo es conseguir una audiencia que no está acostumbrada a pagar por los contenidos informativos.
El relativo fracaso con los lectores se veía compensado por la satisfacción que supuso para el Tribune Co. crear un nuevo granero de anunciantes. Mientras los ejecutivos de la compañía esperaban que los jóvenes se animasen a pagar por el nuevo diario, hacían cuentas acerca de lo que suponían los más de 150 anunciantes nuevos, que se traducían en más espacio publicitario.
Otra de las enseñanzas sacadas de la experiencia de ambos diarios de Chicago fue que estos periódicos, lejos de servir como reclamo para llevar a los jóvenes a sus hermanos mayores tradicionales, canibalizaban la difusión de pago.

Por lo que se refiere a la iniciativa del Washington Post con el gratuito Express, la compañía no temía que el diario gratuito pudiera quitarle circulación y audiencia al Post, ya que el tabloide gratuito es un complemento que en ningún momento compite con sus hermanos de pago. El tabloide gratuito está diseñado para ser leído en 15 minutos y promover de forma incesante los contenidos de su hermano mayor de pago, con continuas referencias a artículos relacionados a la edición de papel o en la versión electrónica. Hay otros casos, como en del Lawrence Journal.World, un pequeño diario local de Kansas, que transformó su versión electrónica –lawrence.com-en un semanario sobre entretenimiento y cultura pop. Su objetivo fundamental era captar la atención de los estudiantes de la universidad de Kansas.

También la compañía Gannett creó Noise, un tabloide semanal dependiente del Lansing State Journal de Michigan. El semanal también pretendía captar a los estudiantes de la Universidad de Michigan con información sobre artes y entretenimiento. A esta experiencia se unió la de Thrive, también de Gannett, vinculada al Idazo Statesman. Ambos periódicos semanales son gratuitos, incluyen poca información nacional e internacional y tratan de fomentar la suscripción a sus periódicos de referencia. Gannett piensa utilizar esta fórmula en otros peródicos de Cincinati, Lousville e Indianápolis.

Algunso expertos empiezan a creer que este tipo de publicaciones se serán nunca capaces de conducir a la audiencia joven hasta sus periódicos de referencia. Hay quien piensa que es mucho más fácil que estas publicaciones gratuitas especialmente orientadas a los jóvnes originen una nueva clases de lectores, que demanden una nueva clase de Periódicos.

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viernes, junio 22, 2007

El Periodismo de Jon Stewart


Tal como muchas de las ramificaciones y plataformas tadicionales del periodismo hoy están en revisión (algunas incluso en tela de juicio, como la manera de medir los cánones éticos), el concepto de noticia y la forma en que esta se expresa también. El mejor ejemplo es The Daily Show. El programa de TV de Jon Stewart que hace de las noticias una comedia, que recurre a la ironía para analizar la actualidad y que en el fondo destruye por completo el concepto de objetividad. Si es que ya no estaba, al menos, herido de gravedad. La discusión no es simple, pero el Stewart del rating ha pasado a ser parte del análisis universitario y de instituciones que siguen de cerca como la profesión muta y pierde, en parte, sus pilares fundamentales. The Daily Show no sólo satiriza la política y los medios de comunicación, además deja en evidencia una agenda pública muy importante y atractiva, pero que queda fuera de los medios tradicionales. En ese sentido la discusión se abre aún más. Es complejo presentar a Stewart como un referente del periodismo que deseamos, pero sería un error mayor no mirarlo de cerca. ¿Es el programa de Stewart un referente para los nuevos medios? Probablemente nos gustaría decir que no, pero lo más probable que las audiencias digan lo contrario.
When Hub Brown's students first told him they loved "The Daily Show with Jon Stewart" and sometimes even relied on it for news, he was, as any responsible journalism professor would be, appalled. Now he's a "Daily Show" convert.

"There are days when I watch 'The Daily Show,' and I kind of chuckle. There are days when I laugh out loud. There are days when I stand up and point to the TV and say, 'You're damn right!'" says Brown, chair of the communications department at Syracuse University's S.I. Newhouse School of Public Communications and an associate professor of broadcast journalism.
Brown, who had dismissed the faux news show as silly riffing, got hooked during the early days of the war in Iraq, when he felt most of the mainstream media were swallowing the administration's spin rather than challenging it. Not "The Daily Show," which had no qualms about second-guessing the nation's leaders. "The stock-in-trade of 'The Daily Show' is hypocrisy, exposing hypocrisy. And nobody else has the guts to do it," Brown says. "They really know how to crystallize an issue on all sides, see the silliness everywhere."

Whether lampooning President Bush's disastrous Iraq policies or mocking "real" reporters for their credulity, Stewart and his team often seem to steer closer to the truth than traditional journalists. The "Daily Show" satirizes spin, punctures pretense and belittles bombast. When a video clip reveals a politician's backpedaling, verbal contortions or mindless prattle, Stewart can state the obvious--ridiculing such blather as it deserves to be ridiculed--or remain silent but speak volumes merely by arching an eyebrow.

Stewart and his fake correspondents are freed from the media's preoccupation with balance, the fixation with fairness. They have no obligation to deliver the day's most important news, if that news is too depressing, too complicated or too boring. Their sole allegiance is to comedy.

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martes, junio 19, 2007

Wilkinson y la realidad de los diarios


Hay algo que no ha cambiado con la industrialización de los medios de comunicación: la materia prima. Más allá que los medios hoy sean parte de grandes conglomerados en los cuales el marketing, el management y la rentabilidad son vitales, las noticias y la credibilidad no pasarán de moda y serán claves para mantener o ganar prestigio. Por estos días vemos como La Tercera ha tomado la contaminación intencional del río Mataquito desde una perspectiva más periodística y menos conservadora que El Mercurio. A pesar que detrás está el empresario más rico de Chile, el diario sabía que el costo de no cubrir este noticioso caso -en todas sus dimensiones- era mayor que una controversia con las empresas de Angelini. Y los beneficios (poco tangibles, por cierto, pero muy relevantes) serán para el principal medio de Copesa. Sobre estos tópicos habla Earl Wilkinson, quien está invitado por la Asociación Nacional de Prensa a su jornada anual. En la siguiente entrevista Wilkinson, quien es vicepresidente de la International Newspaper Marketing Association, enfrenta la mayor parte de los hechos que hoy sólo son dolores de cabezas para los diarios: la pérdida de lectores, la diversificación y credibilidad de los contenidos, internet y nuevas matrices de negocios y los desafíos comerciales.
Por Mari Pascual
La mayoría de los periódicos han lanzado ediciones en zonas en las que hasta ahora no estaban presentes. ¿Es éste un buen síntoma para la competencia? ¿Qué implica para el mercado?
El mercado se está moviendo con mucha rapidez. En 2004-2005 veíamos cómo los editores regionales en inglés –que tienen la mayor parte de los beneficios publicitarios- invadían sus territorios entre sí. Ahora empezamos a ver cómo los periódicos más importantes en lengua no inglesa empiezan a lanzar cabeceras en inglés. Luego están los lanzamientos de los pequeños editores. Es un poco el ‘todos contra todos’, pero esto es lo que hace de India el mercado de periódicos más excitante de todo el mundo. La competencia y el roce están generando innovación.
Algunas de las barreras que limitaban la inversión de empresas extranjeras en grupos de medios indios se han suavizado. ¿Se está abriendo el país?
Según tengo entendido, algunos inversores extranjeros como Pearson, Henderson y T Rowe Price se han asociado con grandes cabeceras indias. La participación máxima es un 26%, y los índices de crecimiento y los positivos indicadores económicos están atrayendo capital. Creo que el gobierno aceptó este 26% de mala gana y no tiene prisa en ampliarlo. Habrá que ver a cuánto ascienden los beneficios de esta participación minoritaria antes de hablar sobre una apertura mayor.
Todos los expertos están de acuerdo en que los periódicos indios se encuentran en un momento histórico diferente al de las cabeceras de los maduros mercados de Europa y Norteamérica. La creciente alfabetización, el aumento de la difusión y la urbanización contribuyen al desarrollo de los diarios. ¿Cómo ve el futuro de los cotidianos indios? ¿Cree que podrán beneficiarse de alguna de las dolorosas lecciones que los diarios han aprendido ya en Europa o Estados Unidos?
Las cabeceras indias líder son muy conscientes de las fortalezas y las debilidades de sus colegas europeos y estadounidenses; probablemente, mucho más de lo que los colegas europeos y estadounidenses lo son sobre lo que sucede en India. En mi opinión, India será el mercado de periódicos de mayor crecimiento del mundo en los próximos cinco años. Por ejemplo: la alfabetización sólo alcanza el 61%; cada 1% que aumente supone 11 millones de potenciales lectores de periódicos. Las cifras son sorprendentes. El crecimiento de la economía se cifrará en porcentajes de dos dígitos en el futuro próximo, se está produciendo un reseñable aumento del estatus socioeconómico, los ingresos discrecionales son mayores y todos los signos procedentes de anunciantes y consumidores apuntan a un aumento de la paginación. Y, para hacer la inevitable comparación con China, en India a penas se producen interferencias del gobierno en el periodismo o las prácticas comerciales.

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viernes, junio 15, 2007

El periodismo por Tony Blair


Apenas cayeron las primeras bombas sobre Bagdad el 2003, los telespectadores estadounidenses –en realidad, un segmento importante- se concentraron en la señal de la BBC y no en la CNN. Esto a pesar que la primera estación era parte del Estado y la otra privada y supuestamente muy independiente. Años después, la torpe guerra de Bush y Blair, había afectado a ambas emisoras en su credibilidad, pero se sentía más fuerte en Londres. Para Tony Blair la prensa ha jugado un papel erróneo y sensacionalista. No sólo en su cobertura de la guerra, sino por la búsqueda permanente del "shock y la controversia". Esto fue parte de lo que dijo en su discurso en el Instituto para los Estudios del Periodismo de Reuters en Inglaterra, lugar en donde no tuvo pudor en llamar “fieras salvajes” a los periodistas, además de dejar sentada su principal preocupación: “Creo que la relación entre la vida pública y los medios está ahora dañada de una manera que requiere ser reparada”. Blair, como muchos mandatarios –incluido el ex Presidente Lagos- bailó al ritmo de los medios. En un comienzo, cuando su popularidad enmudecía a los conservadores, se dejó encantar por la televisión y los diarios. Sin embargo, cuando los errores de la guerra comenzaron a herir a Inglaterra y los ciudadanos dejaron de pensar como su Primer Ministro, las cosas cambiaron. Fueron los medios los responsables, incluso los blogs, a quienes Blair les dedica parte de sus comentarios. De todas maneras, el texto es una interesante reseña del periodismo visto desde el poder saliente y, hay que reconocer, que muchas de sus críticas también pueden ser hechas desde la tribuna.

Por Tony Blair
http://www.10downingstreet.gov.uk/output/Page11923.asp

Michael, thank you very much indeed. It is a very great pleasure to be back at Reuters and let me thank Reuters and the Reuters Institute for giving me the opportunity to say these words to you today. I liked that bit about the experience I have had over 10 years of managing the media - for better or for worse. I think it began as one, it slightly ended as the other, but nonetheless it is very good to come along and share these reflections with you today.
And the purpose of the series of speeches that I have given over the past year has been deliberately reflective, to get beyond the immediate headlines or issues of the day and contemplate in a broader perspective the effect of a changing world on the issues of the future. And this speech, which is on the challenge of the changing nature of communication on politics and the media, is from the same reflective perspective.

I should say some preliminaries at the outset. This is not my response to the latest whacking from bits of the media, it is not a whinge about how unfair it all is. As I always say, it is an immense privilege to do this job and if the worst that happens is harsh media coverage, it is a small price to pay. And anyway, like it or not - and some do and some don't - I have won three elections and I am still standing as I leave office. So this speech is not a complaint, it is an argument.

Also as a result of being at the top of the greasy pole for 13 years, 10 of them as Prime Minister, my life and my work as Prime Minister and its interaction with the world of communication I think gives me pretty deep experience, again for better or worse.
Let me also say categorically that a free media is a vital part of a free society. You only need to look at where such a free media is absent to know this truth.

But it is also part of freedom to be able to comment on the media. It has a complete right to be free, and I like anyone else have a complete right to speak. My principal reflection however is not about blaming anyone, it is that the relationship between politics, public life and the media is changing as a result of the changing context of communication in which we all operate. No-one is at fault. This change is a fact, but it is my view that the effect of this change is seriously adverse to the way public life is conducted and that we need at the least a proper and considered debate about how we manage the future in which it is in all our interests that the public is properly and accurately informed. They, after all, are the priority and they are not well served by the current state of affairs.In the analysis I am about to make I first acknowledge my own complicity. [Party political content].

It is also, incidentally, hard for the public to know the facts, even when they are subject to the most minute scrutiny if those facts arise out of issues of profound controversy, as the Hutton Inquiry showed. I would only point out that the Hutton Inquiry, along with 3 other inquiries, was a 6 month investigation in which I as Prime Minister and other senior Ministers and officials faced unprecedented public questioning and scrutiny. The verdict was disparaged because it wasn't the one the critics wanted, but it was an example of being held to account, not avoiding it. Anyway, leave that to one side.

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martes, junio 12, 2007

Fogel y Patiño: La irrupción de las audiencias

Después de dos años, "La Prensa Sin Gutenberg" aparece traducida al español. Este libro, escrito por Jean Francois Foguel y Bruno Patiño -ambos mentores, gestores y directores de LeMonde.fr- se convirtió en el principal punto de referencia para entender los cambios que estaba generando la revolución de internet en los medios de comunicación, en los modelos de gestión, en la distribución de contenidos y principalmente en las audiencias. De sus más de doscientas páginas, fluyeron muchos de los ejemplos que hoy son consideraciones generales al hablar del "periodismo digital". Lo más notable del texto de ambos autores, es que mientras muchas publicaciones no logran reflejar la esencia de una revolución en curso y mueren pronto como material de consulta, La Prensa Sin Gutenberg mantiene su vigencia y sus reflexiones parecen escritas para la prensa del mañana. Desde Netscape hasta la web 2.0, la edición de Punto de Lectura (Ediciones B y Santillana) , pronto debiera traer el libro a Latinoamérica. En este post, se reproduce uno de los minicapítulos del libro.


Por Jean Francois Fogel
y Bruno Patiño
Para los periodistas, la idea de una “prensa sin Gutenberg” constituye un desafío tanto más difícil en cuanto que se discute sobre el espacio de trabajo. Internet no ha perdido por el camino ninguna de sus utopías iniciales. La red abierta, carente de jerarquía y descentralizada que sospecharon los partidarios de una informática de conexión comunitaria ha resistido y desafiado a los profesionales en todos los terrenos.

Microsoft, la primera empresa que capitalizó en la Bolsa del primer mercado bursátil mundial, no consiguió desalentar, sino al contrario, la militancia del Open Source que ataca su volumen de negocio ofreciendo unos programas libres de todo derecho, por lo tanto gratuitos, en la red: el sistema Linux, el programa OpenOffice y el navegador Firefox. Sus presencias se extienden por un mercado convencido de que permitir que todo el mundo disponga de la misma tecnología no es sólo un mejor mercado. Esto también permite evitar las incompatibilidades y los conflictos de los códigos informáticos que las empresas como Microsoft sostiene con las esperanza de mantener a su clientela cautiva.

En el terreno del saber, estos esfuerzos no van a la zaga, y la enciclopedia Wikipedia, conocida como “la enciclopedia gratuita en la que todo el mundo puede editar”, adquiere una dimensión bastante sorprendente: en su cuarto año de existencia, cuenta con cerca de dos millones y medio de entradas redactadas en un centenar de idiomas. Libre, gratuita, universal, con un único empleado a sueldo para vigilarla máquina que mueve el dinero de unas fundaciones privadas, recluta a los autores gracias a sus ochenta millones de visitas diarias. No se considera un lugar de creación del saber, sino un espacio de mediación y transmisión, de este modo, la gestión de Wikipedia tiene algo de periodismo ciudadano, lento y descentralizado. Su audiencia es, de hecho, a la vez el autor, el mediador y el lector de un saber que evoluciona a través de la modificación de un contenido que se gestiona sobre un programa libre.

Este movimiento espontáneo de una audiencia reforzada por el poder de la red invierte completamente la lógica tradicional de los medios de comunicación de masas, en donde, un emisor identificado se dirige a un auditorio pasivo. El sicólogo Joseph Klapper propuso una reestructuración de las primeras teorías de la información: a su parecer, la información que proporciona el periódico, la radio o la televisión se compara con una “inyección hipodérmica”. Se pincha o se recibe el pinchazo; nada de términos medios.

Quienquiera que sea, todos los días, ha gestionado un sitio de información, cuyo éxito vienen ratificado por una audiencia que sabe que en la red ya no existe esa división. Internet impone a los periodistas vivir al mismo nivel que su audiencia. Hoy en día, resulta imposible difundir unas informaciones sin permitir que esa audiencia reaccione ante el contenido y el tratamiento. En un primer momento, los internautas de los sitios de referencia se vieron confinados a unas secciones similares a las “cartas al director”, más tarde se dirigieron hacia los foros abundantes, pero poco controlados, ahora ya se expresan en el mismo espacio reservado para colgar on line el contenido periodístico. Las opciones “exprese su opinión” “responda este artículo” “comente este blog” se desarrollan hasta llegar a desafiar, en algunos sitios, al editorial. Esa situación que la prensa escrita francesa nunca ha considerado como el principio de un diálogo. Uno de los síntomas de éxito de un sitio de información es el de convertirse en un ágora. El periodismo online ve cómo se amplía sin cesar esas especialidad de su contenidos que lo aleja, poco a poco, del resto de los medios, en donde, a pesar de secciones como “usted tiene la palabra”. “el buzón de los lectores” o “participe en antena”, la actividad descansa sobre un flujo unívoco: “yo publico, ustedes leen” o “yo emito, ustedes escuchan, ustedes miran”. Organizar, moderar, filtrar, presentar, estimular el flujo de comentarios y de los testimonios que procede de la audiencia se convierte en una preocupación tan generalizada en los sitios que cada uno siente que llega a una etapa en donde, de una manera regular, también habrá que producir, en parte, la información a partir de los textos, foros, vídeos, etcétera. No está lejos el día en el que la pregunta de James Joyce se formule en todos los sitios que mantengan su capacidad de información: “¿Los consumidores no serán los productores?”.

Existe un paradigma de este enfoque: el sitio surcoreano Ohmynews. Elaborado con las aportaciones de 40 mil contribuidores -700 en 2001, el momento de su creación-, el sitio obedece al credo de su creación-, el sitio obedece al credo de su inventor, Oh Yeon-ho: “Todo ciudadano es un reportero. Los periodistas no forman una raza exótica, cada persona que dispone de una información que narrar y desea compartirla con los demás es un de ellos”. En la redacción trabajan 40 personas. Su tarea consiste en seleccionar las contribuciones, contrastarlas y jerarquizarlas. Las más importantes, o las más originales, se remuneran modestamente: catorce euros la unidad.

Algunos periodistas profesionales de Ohmynews se cuelgan un nuevo título: “Verificadores rápidos”. En cuanto a los ciudadanos reporteros, éstos abastecen al sitio de cuatroquintos de su contenido. Como lo destaca el periodista Bertrand Le Gendre, se trata de “nanoperiodismo”: “la multitud se dirige a la multitud”.

En 2005, mientras el sitio empezaba a producir beneficios, este modelo no se repitió a igual escala en ningún otro país. Quizá, porque Corea es el Estado que literalmente ha apostado por la red: tres de cada cuatro hogares disponen de una conexión de alta velocidad.

El otro ejemplo, que siempre se cita, de una fuerte interrelación con la población, es el modesto imperio construido alrededor del Lawrence Journal-World, el diario de ciudad de Lawrence (85 mil habitantes), en el Estado de Kansas. Las cuatro quintas partes de la ciudad están cableadas. The World es un grupo pequeño que posee red por cable, el periódico, la radio y la televisión locales. Decidió edificar todo entorno a su red, la cual ofrece la información completa de la ciudad: anuncios breves, guía de la vida nocturna, procesos en espera, ficha de los jugadores de todos los equipos, informes sobre la actividad escolar y universitaria, y, por supuesto, los blogs de toda la población. Lo quieran o no los habitantes aparecen online. Para asegurarse de que ninguno se escapa de la red totalitaria, el grupo ofrece gratuitamente conexiones a Internet sin cable en los espacios públicos.

Corea y Lawrence representan dos situaciones extremas de la red: el país mejor equipado del planeta y un cuasi monopolio de la comunicación en una ciudad. En un universo de competencia entre sitios o, sencillamente, con una red menos penetrante, ¿podría un sitio de información triunfar con el argumento de que lo nutre su audiencia?

Esta pregunta es un modo indirecto, suave, de preguntarse sobre el futuro del periodismo: presupone que siempre existirá una redacción para dirigirse a la audiencia. Se puede proponer una respuesta brutal: los periodistas han empezado a perder el monopolio, u oligopolio, como se quiera, de la expresión pública con la aparición de los blogs, una tecnología que proporciona a todos la capacidad de obviar a la prensa tanto para emitir como para recibir.
El experto en medios, Regis Debray, afirma en un análisis de lo que él llama “hiperesfera” que cada uno de las tecnologías mediáticas lleva consigo un cambio de clericatura en la sociedad. Así como Gutenberg permitió que los profesores sustituyeran a los monjes y a los doctores en cuanto referentes del saber; y los medios de comunicación eléctrica dieron a la prensa la categoría de cuarto poder; Internet puede entronizar a un nuevo rey, fugaz por definición: el último que le habló a la audiencia.

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viernes, junio 08, 2007

¿Podrá Google matar a los diarios?

Balzac decía que si la prensa no existiera, no habría que inventarla. Eso es precisamente el gran cuestionamiento que divide a los puristas más duros que aseguran que los diarios seguirán siendo necesarios, a pesar de las "advertencias" de las audiencias. Y radicales que todos los días inventan un nuevo asesino para la prensa. La mayoría coincide que el más despiadado de los criminales saldrá de internet. Y esta columna, publicada en el San Francisco Chronicle, se pregunta sí éste será Google. Pero hay un tema de fondo, que precisamente fue la discusión central en una conferencia realizada en Stanford hace unas semanas y que tenía como cuestión fundamental "el porqué tenemos que pagar por periodismo". Por qué pagar por TV o diarios si internet -y sitios como Yahoo y Google- entregan todo (o casi todo) lo que uno necesita en información y en forma gratuita e incluso segmentada. Entonces, por qué invertir en otros medios. El derecho a propiedad es una de las cuestiones que forman parte de esta discusión. Y la calidad de los contenidos, otra. Google señala que ellos sólo administran links (es decir, no hacen periodismo), por lo que los problemas que genere -tener acogotados a los principales diarios de Estados Unidos- no es importante. Otra duda que nace de esta interrogante es qué hacer con las audiencias. ¿La democratización generada por internet puede ser puesta en juego hoy y limitar sus principales cualidades? Probablemente ni los puristas ni los radicales tengan la respuesta. O nadie.

Por Neil Henry
San francisco Chronicle/
The Chronicle's announcement earlier this month that 100 newsroom jobs will be slashed in the coming weeks in the face of mounting financial woes represents just the latest chapter in a tragic story of traditional journalism's decline.

Reportedly losing an estimated $1 million a week, the paper's owner, the Hearst Corp., concluded it had no recourse but to trim costs by laying off reporters, editors and other skilled professionals, or offering buyouts to the most seasoned journalists in order to induce them to leave. The cuts reportedly will amount to a quarter of The Chronicle's editorial staff.
In the age of "new" media, this rollback in "old" media may be among the most drastic in recent memory, but it is nothing new to the public.

Indeed, across the country newspapers have suffered enormous financial losses over the past decade, with far fewer professionals today covering the news locally, nationally and internationally as a result of the industry's contraction.

The factors behind this shrinkage are sadly familiar: The rise of the Internet has produced sharp declines in traditional advertising revenues in the printed press. Free online advertising competitors such as Craigslist.com have sharply undermined classified advertising as a traditional source of revenue. While many newspapers have attempted mightily to forge a presence on the Web -- including The Chronicle, whose terrific sfgate.com is among the top 10 most trafficked news sites in America -- revenue from online advertising is paltry compared to that from traditional print sources. As a result, newspapers such as The Chronicle must make staff cuts to survive -- and increasingly it is highly skilled professional journalists committed to seeking the truth and reporting it, independently and without fear or favor, who must go.
The average citizen may not realize how severely the public's access to important news, gathered according to high standards, may be threatened by these bottom line trade-offs.

When journalists' jobs are eliminated, especially as many as The Chronicle intends, the product is inevitably less than it was. The fact is there will be nothing on YouTube, or in the blogosphere, or anywhere else on the Web to effectively replace the valuable work of those professionals.
Fewer resources will be available to investigate stories as nationally significant as the BALCO scandal, for example; fewer professionals to doggedly uncover shady financial practices at the University of California, forcing top officials to publicly acknowledge their mistakes and work to fix them; fewer journalists to cover local city halls, courts and schools, reporting community news that the public often takes for granted -- and which other media, including local television and radio outlets, rely upon to set their own news priorities.

There certainly won't be any less news or fewer scandals to report, mind you: Only fewer trained watchdogs on hand to do the hard work of hunting, finding and reporting it.

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martes, junio 05, 2007

La importancia de ser famoso


El periodismo de espectáculos no es banal en sí. El editor del National Esquier decía sobre su revista que ésta había cambiado el rostro del periodismo estadounidense. Para Lain Colder, la investigación que realizaba su medio estaba lejos del periodismo de chusma creado por Walter Winchell en 1920 y se acercaba más al trabajo de los grandes medios de ese país. Colder se dio el lujo de mandar a nueve reporteros y fotógrafos al funeral de Aristóteles Onassis, 25 al de Elvis y 50 (incluido editores) al de Grace Kelly. Para él, eso era investigación. El caso Bolocco, sin embargo, destapó lo peor del periodismo de chismes o farándula en Chile. No porque la privada vida de la animadora no puediera ser investigada, sino por la manera, los recursos y la falta de creatividad de la cobertura. La farándula en Chile casi no alcanza a ser periodismo, o sólo en algunos aspectos y en algunos medios. Hay ejemplos interesantes de reporteo sesudo en espectáculos que sintetizan lo mejor de la profesión, pero lo de Bolocco es una clase para advertir lo que no hay que hacer; al menos si uno quiere alcanzar algún título de dignidad. Además, despertó el patético apetito de los parlamentarios chilenos por la censura. Este es un texto sindicado de Mario Vargas Llosa, sobre la Bolocco, la farándula y los medios.

Por Mario Vargas Llosa
http://www.elpais.com/articulo/opinion/civilizacion/espectaculo/
En algún momento, en la segunda mitad del siglo XX, el periodismo de las sociedades abiertas de Occidente empezó a relegar discretamente a un segundo plano las que habían sido sus funciones principales -informar, opinar y criticar- para privilegiar otra que hasta entonces había sido secundaria: divertir. Nadie lo planeó y ningún órgano de prensa imaginó que esta sutil alteración de las prioridades del periodismo entrañaría cambios tan profundos en todo el ámbito cultural y ético. Lo que ocurría en el mundo de la información era reflejo de un proceso que abarcaba casi todos los aspectos de la vida social. La civilización del espectáculo había nacido y estaba allí para quedarse y revolucionar hasta la médula instituciones y costumbres de las sociedades libres.
La noticia en otros webs
¿A qué viene esta reflexión? A que desde hace cinco días no hallo manera de evitar darme de bruces, en periódico que abro o programa noticioso que oigo o veo, con el cuerpo desnudo de la señora Cecilia Bolocco de Menem. No tengo nada contra los desnudos, y menos contra los que parecen bellos y bien conservados, tal el de la señora Bolocco, pero sí contra la aviesa manera como esas fotografías han sido tomadas y divulgadas por el fotógrafo, a quien, según la prensa de esta mañana, su hazaña periodística le ha reportado ya 300.000 dólares de honorarios, sin contar la desconocida suma que, por lo visto, según la chismografía periodística, la señora Bolocco le pagó para que no divulgara otras imágenes todavía más comprometedoras. ¿Por qué tengo que estar yo enterado de estas vilezas y negociaciones sórdidas? Simplemente, porque para no enterarme de ellas tendría que dejar de leer periódicos y revistas y de ver y oír programas televisivos y radiales, donde no exagero si digo que los pechos y el trasero de la señora de Menem han enanizado todo, desde las degollinas de Irak y el Líbano, hasta la toma de Radio Caracas Televisión por el Gobierno de Hugo Chávez y el triunfo de Nicolas Sarkozy en las elecciones francesas.

Ésas son las consecuencias de aceptar que la primera obligación de los medios es entretener y que la importancia de la información está en relación directamente proporcional a las dosis de espectacularidad que pueda generar. Si ahora parece perfectamente aceptable que un fotógrafo viole la privacidad de cualquier persona conocida para exponerla en cueros o haciendo el amor con un amante ¿cuánto tiempo más hará falta para que la prensa regocije a los aburridos lectores o espectadores ávidos de escándalo mostrándoles violaciones, torturas y asesinatos en trance de ejecutarse? Lo más extraordinario, como índice del aletargamiento moral que ha resultado de concebir el periodismo en particular, y la cultura en general, como diversión y espectáculo, es que el paparazzi que se las arregló para llevar sus cámaras hasta la intimidad de la señora Bolocco, es considerado poco menos que un héroe debido a su soberbia performance, que, por lo demás, no es la primera de esa estirpe que perpetra ni será la última.
Protesto, pero es idiota de mi parte, porque sé que se trata de un problema sin solución. La alimaña que tomó aquellas fotos no es una rara avis, sino producto de un estado de cosas que induce al comunicador y al periodista a buscar, por encima de todo, la primicia, la ocurrencia audaz e insólita, que pueda romper más convenciones y escandalizar más que ninguna otra. (Y si no la encuentra, a fabricarla). Y como nada escandaliza ya en sociedades donde casi todo está permitido, hay que ir cada vez más lejos en la temeridad informativa, valiéndose de todo, aplastando cualquier escrúpulo, con tal de producir el scoop que dé que hablar. Dicen que, en su primera entrevista con Jean Cocteau, Sartre le rogó: "¡Escandalíceme, por favor!". Eso es lo que espera hoy día el gran público del periodismo. Y el periodismo, obediente, trata afanosamente de chocarlo y espantarlo, porque ésta es la más codiciada diversión, el estremecimiento excitante de la hora.

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viernes, junio 01, 2007

Apple TV y la covergencia



Un investigador del MIT comentaba que todo el proceso de convergencia y la revolución digital (incluida la que involucra a los medios, por cierto) sufrirá un gran cambio en el momento que las redes se conviertan en supecarreteras abiertas para todos y no sólo para los operadores de TV Cable y Telefonía. En especial, la apuesta esta centrada en amplificar las plataformas para el ingreso de la TV y especialmente la "entretención". Movistar en Chile puso en marcha Video Play, un servicio para subir videos grabados por el celular y a pesar que las expectativas no eran muy altas en pocos meses ya tiene 500 mil clientes. En mayor escala, Apple hará lo mismo con Iphone. La asociación con Google, permitirá que la búsqueda de videos (a través de Youtube) desde el teléfono móvil o desde otras plataformas, sea rápida y permanente. Tal como Current TV (la estación de Al Gore) Apple TV también apuesta a contenidos construidos por las audiencias. Habrá que ver cuál será el comportamiento de las grandes cadenas de TV: involucrarse en el proceso, demandar por derecho de autor o converger.

Por Arik Hesseldahl
http://www.businessweek.com/technology/
http://www.espacioblog.com/surfeando
In the high-stakes race to bring Internet entertainment from the PC to the TV, Apple and Google were already at the head of the pack. By joining forces, the electronics maker and search giant just extended their lead.

On May 30, Apple (AAPL) Chief Executive Steve Jobs said Apple TV, the company's newly introduced device that transmits digital entertainment to television sets, will begin carrying clips from Google's (GOOG) YouTube. For Apple, the addition of content from an already popular video-sharing site could help sell more Apple TV units, says Tim Bajarin, president of technology consultant Creative Strategies. "With YouTube, [Jobs] might have struck a new nerve and in the process gotten more interest," he says.

Big Plans
And it's likely to be a harbinger of future cooperation between the two companies, especially considering their existing ties. "You can't rule out more collaboration," Bajarin says. Google CEO Eric Schmidt and Google adviser Al Gore sit on Apple's board of directors. The companies have a history of collaboration. A Google Maps application, complete with satellite photos, was one of the headline features Jobs demonstrated when he first unveiled the iPhone in January (see BusinessWeek.com, 1/10/07, "The Future of Apple").

How might Google and Apple build on their bonds? Apple TV could incorporate additional Google features, like the ability to search for clips instead of navigating Apple TV's existing control panel, which is more like that of a digital video recorder, Bajarin says.
Whatever role Google (see BusinessWeek.com, 5/30/07, "Google Is Making You Dumber") and its tools play in the future of Apple TV, it's apparent Apple has big plans with regard to downloadable video in the living room, and it's natural to expect that the relatively low-quality video available on sites like YouTube will only improve.

Mixed Success
No doubt scores of online video services that either mimic YouTube or approach online video distribution in different ways will start jockeying for Apple's attention and a partnership deal similar to Google's. "This deal underscores the nature of this type of connected device to delivery of more than just your traditional commercial content," says analyst Michael Gartenberg of Jupiter Research in New York. "We're in a phase where there's a great deal of overlapping functionality with respect to video content."

And as Apple TV becomes the conduit of a wider range of content, Apple's circle of rivals widens. Apple TV competes in various ways with TiVo (TIVO), which lets users port video records of their favorite TV shows to their PCs. Game systems like Microsoft's (MSFT) Xbox 360 and Sony's (SNE) PlayStation 3 are increasingly able to support video entertainment.

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