¿Fue Obama el último triunfo de los medios?
La crisis económica acentuó la sensación de lo que medios tradicionales cambiarán. Probablemente después de huracán financiero (es casi un hecho) el mundo de la información tenga nuevos rostros, algunos mártires y, por cierto, un escenario mucho más dinámico y plural. En EE.UU. hay muchos diarios que viven momentos trascendentales; virus que ya se propagó a Europa (el caso del El País y Liberation son los más evidentes). En este duro escenario, internet, de la mano de Obama, aparece como el territorio más seguro y estable para los próximos años. "El último Hurra" se titula el artículo de Alan Mutter, creador del Newsosaur, blog que registra sistemáticamente los dolores de cabeza de la industria. Según Mutter, la reciente elección en EE.UU. está marcada por tres señales que finalmente serán un punto de inflexión para las grandes organizaciones: 1) la disminución de la audiencia y los ingresos publicitarios (incluida la TV). 2) un salto por sobre los liderazgos de los medios tradicionales a cambio de manejo eficiente y proactivo de las redes sociales. 3) Una nueva generación de medios que conoce muy bien a los votantes y que administra mejor la abundancia de noticias, los comentarios (la participación) y la información en bruto. La campaña de Obama no apuntó a las grandes organizaciones, fue a las pequeñas células ("¿hay algo más asimétrico que un ideal?"). Probablemente parte de ese mundo sea el que reciba a los medios al final de la crisis. O a parte de ellos.
The 2008 presidential election likely will go down in history as the last hurrah for the mainstream media when it comes to its influence over national politics.
The once pre-eminent authority of newspapers and broadcast networks in national campaigns will be diminished sharply in the future by three major and seemingly unstoppable trends
::: Shrinking audiences and decaying advertising revenues respectively will reduce the reach and resources that the mainstream media traditionally have enjoyed in covering presidential campaigns.
:: Any remotely competent national campaign in the future will go over the heads of the media by emulating the successful interactive tactics that Barack Obama employed to raise record campaign funding; build highly effective real and virtual networks, and energize a previously apathetic generation of young and heavily wired voters.
The 2008 presidential election likely will go down in history as the last hurrah for the mainstream media when it comes to its influence over national politics.
The once pre-eminent authority of newspapers and broadcast networks in national campaigns will be diminished sharply in the future by three major and seemingly unstoppable trends
::: Shrinking audiences and decaying advertising revenues respectively will reduce the reach and resources that the mainstream media traditionally have enjoyed in covering presidential campaigns.
:: Any remotely competent national campaign in the future will go over the heads of the media by emulating the successful interactive tactics that Barack Obama employed to raise record campaign funding; build highly effective real and virtual networks, and energize a previously apathetic generation of young and heavily wired voters.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal