viernes, mayo 15, 2009

Paulsen y el periodismo sin contexto



La visibilidad es la el flujo central en la tesis de John Thompson, quien recientemente estuvo de visita en Chile invitado por la UDP. La visibilidad que él observa desde los actores que se enfrentan a los medios (desde el punto de vista de las virtudes y los riesgos), fácilmente puede extrapolarse al uso (muchas veces exagerado, sin contexto y con evidentes visos de manipulación) que hacen la TV y los diarios de la información. Esta es parte de la tesis de la columna de Fernando Paulsen publicada hoy en Qué Pasa. Y que tiene mucho que ver con la discusión que desató el pánico por la fiebre porcina (un senador llegó a anunciar la muerte de miles en Chile). Mientras se esperaba que los medios hicieran de filtro (al menos algunos)ocurrió todo lo contrario: se convirtieron en megáfonos de la "pandemia". ¿Qué Pasa con un periodismo que hoy está más expuesto a las imágenes y a la participación de las audiencias? ¿La velocidad atenta en contra del contexto? Para rato sería discutir de la capacidad de persuasión de los medios (no lo creo, pero...). La columna de Paulsen da algunas señas. Acá parte de su trabajo, que mañana estará disponible en Quepasa.cl

Por Fernando Paulsen

FLUJO DE IMÁGENES EN AUMENTO
A la pregunta de ¿cuál es la marca que domina el mercado de las cámaras fotográficas?, creo que la mayoría mencionaría incorrectamente a algunos de los más connotados fabricantes de cámaras y lentes fotográficos: Nikkon, Agfa, Olympus, Canon, etc… Quizás muy pocos repararían en la respuesta correcta: Nokia, el mayor productor de teléfonos celulares del mundo.
La capacidad de registrar los eventos que nos impresionan, afectan e interesan a través de la tecnología de la comunicación móvil ha tenido ya notables ejemplos de golpes periodísticos: la ejecución de Saddam Hussein, la matanza en la Universidad Virginia Tech, innumerables accidentes registrados en vivo o peleas y desastres naturales inmortalizados por testigos casuales o turistas de paso, que acudieron a las cámaras en sus celulares para fijar los eventos en un disco duro digital.
Si a lo anterior se agregan las cámaras de vigilancia que han aumentado exponencialmente en bancos, supermercados, calles y carreteras, tiendas de todo tipo, túneles y puentes, sobre edificios altísimos, en colegios y salas cunas, hasta las hogareñas que se han instalado para vigilar el trato a los niños por parte de las nanas, lo que se tiene es un flujo como nunca antes en la historia de información en imágenes y sonido, que haya su camino hacia los departamento de prensa, las páginas web y los blogs.
La otra pata de este fenómeno de creciente visibilización de hechos humanos la coloca la esencia de la labor periodística. Los periodistas no informan sobre lo intrascendente, sobre el perro que muerde al hombre, sino sobre lo que importa, lo que debe saberse, sobre el hombre que mordió al perro. La misión periodistica se basa en seleccionar de todo lo que se recibe o reportea aquello que es relevante, necesario que se sepa, en función del escaso tiempo y espacio de prensa disponibles.
Entonces, si tenemos en la olla miles de imágenes de espontáneos reporteros ciudadanos y en las salas de prensa domina el criterio de que sólo lo importante debe llegar al público, estamos cocinando un guiso que invita a caer una y otra vez en la Falacia del Tirador Tejano.
JOVENES DELINCUENTES Y PITBULLS

El lado trivial de esta combinación se encuentra casi todos los días en los titulares tipo: “Rapero de Chiloé es suceso en YouTube”. Aquí el video casero de un chilote tarareando un rap se releva y aumenta en trascendencia, porque si está en YouTube y tiene muchas visitas, entonces su legitimidad para ser seleccionado como noticia está probada.
Sin embargo, la situación cambia cuando los titulares en prensa o televisión son de este otro tenor: “Inquietante aumento de delincuencia juvenil revelan asaltos a servicentros”, u “ola de ataques de perros Pitbull dejan un muerto y dos heridos”, o “la última moda en las carreteras: robarse los conos de mantención”. Aquí la recepción de la imagen ciudadana o de cámaras institucionales va adosada de una interpretación que necesita justificar la razón de llevar esas imágenes en el menú informativo. Y esa interpretación sigue la lógica de la Falacia del Tirador Tejano: se tiene una información visual dramática, a veces varias similares, y se percibe que hay una causa detrás del hecho. Han aumentado estos sucesos, su frecuencia va en ascenso. Ergo, es relevante mostrarlo. Se cumple el axioma de la misión periodística.
Pero, resulta que en todos los casos mencionados la frecuencia de su realización no ha escapado de los promedios anuales ni de las probabilidades del azar en su ocurrencia. No hay más jóvenes delincuentes denunciados en el sistema penal que otros años. Lo que sí hay son muchas más cámaras en tiendas y servicentros que ahora sí registran los asaltos que allí tienen lugar. Los relatos de testigos de bajo dramatismo en las crónicas de las páginas policiales de los diarios, han dado cabida a imágenes que registran los eventos mientras se están realizando, plenos de adrenalina y drama.
Las mordidas de perros a personas que no los atacan son de una probabilidad mínima. Y siguen siéndolo. Lo que no obsta que dueños de perros bravos fallen año tras año en los cuidados que debieran tener cuando salen a la calle con sus mascotas, eventos que tienen hoy una mayor probabilidad de quedar registrados por ciudadanos que iban pasando y que portaban celulares con cámara.
Y qué decir de los robos de conos o las fotos que se toman al interior de los túneles. ¿Hay epidemia al respecto? ¿Su frecuencia es ahora superior a la época, cuando los cabros hace 30 o 40 años, exhibían discos Pare, señales callejeras de Colegio, o de Ceda el Paso, como adornos en las paredes de sus dormitorios? Creo que no. Lo que ocurre es que hay cámaras 24 horas al día registrando todo lo que sucede en las carreteras y que una minuciosa selección de esa enorme universo de información visual se canaliza a la población a través de los medios. Imagino que si las concesionarias quisieran, también podrían allegar a las salas de prensa todos los registros de automovilistas que paran a hacer sus necesidades a la vera del camino, sin que esa conducta de alivio haya aumentado su frecuencia en lo más mínimo.

1 Comentarios:

Blogger Imparcial dijo...

¿No es que haya más, sino que antes no lo veíamos?

12:12 p. m.  

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