Obama y la dudosa idea de salvar a los diarios
Hace poco más de una semana Barak Obama dijo que esperaba que la prensa de EE.UU. se recuperara del vacilante presente, porque era fundamental para la democracia, en especial el rol del periodismo de investigación. Obama lanzó su proclama mientras en el congreso de EE.UU. se discute una propuesta del senador Cardin, que permitiría (por ley) transformar a las hoy no tan poderosas empresas editoras en organizaciones sin fines de lucro.
Por supuesto, la insinuación de Obama no cayó bien. “Salvemos al periodismo de sus salvadores” tituló Slate, uno de los críticos artículos que dedicó al tema. Porque más allá de las buenas intenciones (en este caso es difícil suponerla, especialmente si viene de un poder del Estado) la pregunta correcta (o una de ellas) es si efectivamente la democracia se resentiría sin la existencia de diarios. La respuesta es más compleja de lo que se piensa.
Nadie podría discutir que el periodismo de investigación es un instrumento fundamental para poner en alerta a las autoridades. Es un contrapeso esencial cuando las instituciones prefieren el costo menor, es decir ocultar información. Las empresas se aterran con programas sobre denuncias de consumidores y los políticos con reportajes sobre su desempeño en el Congreso. Es el periodismo de investigación el que ha botado presidentes corruptos, capturado pedófilos y depuesto ministros de Estado. Y eso, que duda cabe, es muy sano para las democracias. Sin embargo, los medios cada vez están más lejos de este género. Generalmente llegan tarde a los temas que requieren investigación y si pueden omiten. Hoy los medios no ponen sus recursos en la investigación, porque es muy costosa de producir. Y tampoco están dispuestos a “peleas” innecesaria con sus auspiciadores. Es decir, los diarios poco a poco han ido perdiendo su realeza. Pero aún mantienen niveles de credibilidad que debieran aprovechar. De hecho, la encuesta ICSO UDP del 2008 un 52% considera que los medios contribuyen a transparentar el trabajo de la clase política.
Es obvio que si se mueren los diarios, la democracia le sobrevivirá. Si se mueren lo medios, quedará el periodismo, como dijo Shirky alguna vez. Lo que se debería evitar es la tentación de que la crisis ponga al Estado u otras instituciones como benefactoras. Una idea que hoy por hoy es tema en EE.UU y Europa. La protección de los medios está incrustada en la tradición habermaniana que cree que estos deben representar (como instrumentos claves en la formación de opinión pública) a la mayor parte de los estamentos de la sociedad. Eso hace que los franceses subsidien los diarios y que cada cierto tiempo en Chile se insista que el Estado debe asegurar la vida de medios “alternativos”, aunque estos no los lea nadie y sólo busque una parcialidad, pero de otro signo. De hecho, en Chile La Nación, por ejemplo, cuya propiedad es compartida entre privados y el Estado, recibe un 9% de publicidad estatal versus el 1% del total. Es evidente que acá el subsidio sí existe.
El futuro de los medios estará en la calidad. Y la calidad no estará fundamentada en la existencia de subsidios o del financiamiento de instituciones pro-bono (como si éstas no tuvieran intereses) sino en la diversidad y la disminución de los controles propietarios. Internet se transformará en esa alternativa. Aunque todavía atrincherados y sin credibilidad, los medios digitales poco a poco comienzan a diferenciarse. Huffington Post creó un área de investigación y lo mismo hace Slate y Politico. La suma será la fuerza. Pensar en la independencia no es pensar en un solo medio, es pensar en una suma de medios que generarán el escenario más favorable a la democracia. Todos sabemos que ni la verdad más absoluta tiene propietario.
Por supuesto, la insinuación de Obama no cayó bien. “Salvemos al periodismo de sus salvadores” tituló Slate, uno de los críticos artículos que dedicó al tema. Porque más allá de las buenas intenciones (en este caso es difícil suponerla, especialmente si viene de un poder del Estado) la pregunta correcta (o una de ellas) es si efectivamente la democracia se resentiría sin la existencia de diarios. La respuesta es más compleja de lo que se piensa.
Nadie podría discutir que el periodismo de investigación es un instrumento fundamental para poner en alerta a las autoridades. Es un contrapeso esencial cuando las instituciones prefieren el costo menor, es decir ocultar información. Las empresas se aterran con programas sobre denuncias de consumidores y los políticos con reportajes sobre su desempeño en el Congreso. Es el periodismo de investigación el que ha botado presidentes corruptos, capturado pedófilos y depuesto ministros de Estado. Y eso, que duda cabe, es muy sano para las democracias. Sin embargo, los medios cada vez están más lejos de este género. Generalmente llegan tarde a los temas que requieren investigación y si pueden omiten. Hoy los medios no ponen sus recursos en la investigación, porque es muy costosa de producir. Y tampoco están dispuestos a “peleas” innecesaria con sus auspiciadores. Es decir, los diarios poco a poco han ido perdiendo su realeza. Pero aún mantienen niveles de credibilidad que debieran aprovechar. De hecho, la encuesta ICSO UDP del 2008 un 52% considera que los medios contribuyen a transparentar el trabajo de la clase política.
Es obvio que si se mueren los diarios, la democracia le sobrevivirá. Si se mueren lo medios, quedará el periodismo, como dijo Shirky alguna vez. Lo que se debería evitar es la tentación de que la crisis ponga al Estado u otras instituciones como benefactoras. Una idea que hoy por hoy es tema en EE.UU y Europa. La protección de los medios está incrustada en la tradición habermaniana que cree que estos deben representar (como instrumentos claves en la formación de opinión pública) a la mayor parte de los estamentos de la sociedad. Eso hace que los franceses subsidien los diarios y que cada cierto tiempo en Chile se insista que el Estado debe asegurar la vida de medios “alternativos”, aunque estos no los lea nadie y sólo busque una parcialidad, pero de otro signo. De hecho, en Chile La Nación, por ejemplo, cuya propiedad es compartida entre privados y el Estado, recibe un 9% de publicidad estatal versus el 1% del total. Es evidente que acá el subsidio sí existe.
El futuro de los medios estará en la calidad. Y la calidad no estará fundamentada en la existencia de subsidios o del financiamiento de instituciones pro-bono (como si éstas no tuvieran intereses) sino en la diversidad y la disminución de los controles propietarios. Internet se transformará en esa alternativa. Aunque todavía atrincherados y sin credibilidad, los medios digitales poco a poco comienzan a diferenciarse. Huffington Post creó un área de investigación y lo mismo hace Slate y Politico. La suma será la fuerza. Pensar en la independencia no es pensar en un solo medio, es pensar en una suma de medios que generarán el escenario más favorable a la democracia. Todos sabemos que ni la verdad más absoluta tiene propietario.
4 Comentarios:
Estimado Andrés,
Creo que decir que Obama pretende "salvar" a los periódicos es incorrecto. El proyecto de ley actualmente en trámite les ofrece beneficios tributarios a cambio de reestructuración. Lo único que Obama dijo era que "estaba abierto" a explorar las propuestas que pudieran presentarle.
En Mediaite: http://www.mediaite.com/print/obamas-newspaper-bailout-fact-or-fiction/
Saludos,
JMS
José Simián
Tienes toda la razón, pero como verás en ninguna parte afirmo que sea Obama quien quiere salvar a los diarios. Parto de una declaración suya y me meto en un tema que está más o menos fuerte en EE. UU. Los link que puse amplian la información.
El título es una manera de entrar en el tema, pero en el primer párrafo agregó la declaración de Obama. Precisamente fue esa declaración y no el proyecto de ley lo que levantó la polémica.
Gracias en todo caso por la aclaración.
abrazo
A
Unas consultas de pura ignorancia. 1. ¿Cómo funciona un endowment? ¿Es como ganarse la lotería y vivir de los intereses?
2. En el hipotético caso de que un periodico sea sin fines de lucro, según entiendo, debería reinvertir todas las utilidades. ¿Pero no se supone que el problema es, precisamente, que no hay utilidades? Quizás lo hace elegible para donaciones, deducciones de impuestos, etc.
No sé si será suficiente. Parto del principio que la información siempre ha sido subsidiada; nunca su venta ha cubierto los costos de producirla.
Gracias de antemano
José Agustín Muñiz
José Agustín
La verdad, no sé cómo funciona con detalles. EL Huffington Post, por ejemplo, creó una apéndice para hacer periodismo de investigación. Tenía dos cualidades. Se financia por donaciones y por los ingreso que genera el sitio. Y, por otro lado, los libera de las culpas de ser un agragador que sólo tiene a 4periodista generando contenido.
Hay un tema más importante, creo, que el tipo de financiamiento. Es que si subsidias a algunos, perjudicas a los proyectos emergentes.
La verdad, no creo que la investigación muera. Trae prestigio, potencia las marcas y es cada vez más escaso...
En fin. Gracias por el comentario y espero darte una respuesta mejor en unos días.
A
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal