martes, marzo 02, 2010

El Terremoto de la TV




Después de dos días de cobertura periodística ya se habían levantado críticas al trabajo de la Televisión. El monstruoso terremoto sacó a la calle a todos los departamentos de prensa y pronto, luego que los saqueos se hicieron de la agenda informativa, comenzaron los dardos contra la TV, sus editores y también sus periodistas. Principalmente por el tono sensacionalistas que le daban a los saqueos y al drama de los damnificados.

No soy de los que respeten el lenguaje manipulador, efectista y liviano que habitualmente usa la TV chilena (asumiendo que todos los medios, incluida las redes sociales, tienen algo de esto), pero creo que en este caso se ha exagerado la crítica. Por el contrario, soy un convencido de que la cobertura (a pesar de algunos tintes de sensacionalismo y errores) ayudó a contextualizar la situación del sur del país. Dicho de otro modo, la real dimensión de la crisis fue descrita por los medios antes que por las autoridades.

La TV no sólo debió trabajar en zonas desvastadas y sin conocimiento de la real lo que sucedía en su entorno, sino que debió lidiar con hechos que se iban sucediendo rápidamente. Los saqueos eran la noticias de ese momento, lo editores no podían hacer otra cosas que mostrarlos. Seguro, hubo Estaciones que los repitieron en exceso, que alimentaron sus notas con música de terror y le agregaron entrevista efectista. Pero no era información nacida de la imaginación de los editores de los canales de TV, estaban sucediendo, no así muchas de las críticas que sólo imaginaban a periodistas sedientos de morbo y rating. Los dardos me recordaron a Ray Bradbury, quien calificaba a la TV de una manera similar: “esa bestia insidiosa, esa Medusa que convierte en piedra a mil millones de personas cada noche y las hace quedarse absortas, esa sirena que llama y canta y promete tanto y, al final, da tan poco”.

La crítica mayor fue que la transmisión televisiva era un detonante para mayores saqueos. Dejando de lado que la mayor parte de la gente que saqueaba en la VIII Región no tenía electricidad, es decir, no veía televisión, es posible que la TV haya tenido algún efecto multiplicador. A este fenómeno el profesor Edison Otero lo llama "Determinismo Medial" y es simplemente la idea de muchos que piensan que los medios de comunicación determinan (total o parcialmente) la realidad social. Pero tal como lo enfatiza Otero en su artículo, la evidencia aún no es concluyente. En general toda las experiencia para medir el efecto de la TV sobre las audiencias, como el The dynamics of riots, se hacen luego de sucedidos los hechos (no en tiempo real) y en situaciones de laboratorio que jamás logran siquiera imitar los escenarios reales, menos lo que genera una catástrofe. Pero más allá de eso, esos escenario jamás son similares entre sí. Katrina no es lo mismo que Puerto Príncipe y Puerto Príncipe no es lo mismo que Concepción. El tema da para un debate y un análisis mucho mayor. Hay mucha literatura, para todos los gustos, pero prefiero apegarme a las teorías que dicen que la TV ayuda a educar, colabora con la difusión de políticas públicas y agiliza las decisiones de los gobiernos...total, como decía Popper: una teoría que no se pueda refutar es un teoría débil.

Podemos sin duda exigir respeto, un trabajo serio y nada de efectismo... responsabilidad a nuestros canales de TV. Seguro, pero no dejemos de observar el contexto y la importancia que ha tenido la TV en esta catástrofe y en otras. Sin la TV nadie se hubiera enterado de lo que sucedía en el sitio a Sarajevo o la catástrofe de Darfur o incluso de la muerte de los Cisnes de cuello Negro en Valdivia. O que una ciudad como Concepción estaba en el caos y que Constitución estaba por los suelos. Sin la TV, quizás la lentitud del gobierno hubiera sido mayor no sabríamos del drama de miles de chilenos que, como todos sabes, no tiene cuenta en Twitter y probablemente ni siquiera saben que existe. Ahora, muchos dirán que fue la presión de las redes sociales o la repentina sensatez de los editores, que la TV haya comenzado a hacer un giro a la ayuda directa a la gente. Pero no es así, es el ritmo natural de los acontecimientos.

Convengamos que muchas de las críticas vinieron desde cómodos aposentos en el sector oriente de Santiago, en donde se hace más fácil teorizar y "enfrentar" la situación. Pero en la calle había gente que lo había perdido todo, que necesitaban visibilizar su drama, buscar apoyo, solidaridad frente a la ausencia de ayuda y el miedo. La teoría de la visibilidad de Thompson es clara en determinar que "los medios no son sólo instrumentos técnicos", entonces seguir imaginándolos como un manual no sólo no parece razonable, sino desmedido.

Insisto, esto da para un debate mayor. Y habrá que diferenciar el trabajo de las estaciones de TV nacionales, pero pedirle a la TV que tome un rol que las instituciones del Estado olvidaron por un momento, es no entender cómo funciona esta industria. Porque sí, es una industria. Basta con revisar los diarios, los tuits de las radios, las propias radios para saber que la TV seguía la misma pauta de todos los medios. A la TV se le puede pedir responsabilidad, pero no que reemplace a las instituciones de gobierno con los mismos criterios que la autoridad.

27 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Comparto medianamente tu opinión, pero todavía es temprano para la evaluación. Espérate la Teletón.

Eso sí, por favor "desbastadas" es algo de género femenino al que le quitaron la basta. "Devastadas" es la palabra correcta.

6:36 p. m.  
Blogger andrés Azócar dijo...

Uppss corregido...gracias

6:38 p. m.  
Blogger Diegock dijo...

No comparto tu opinión al 100%. Creo que los medios Chilenos, en comparación a sus pares sudamericanos, transmitieron las noticias sin excesivo sensacionalismo. Mostraron los saqueos? la destrucción? la tristeza de los chilenos? pues sí, porque eso es lo que había para mostrar! Eso es ser fiel a la realidad.

Hubieran sido sensacionalistas si quizás hubieran hecho advertencias irresponsables sobre tsunamis o robos... qué se yo. Pero no me parece que hayan abusado del sensacionalismo. Es una humilde opinión, pues en los demás aspectos sí concuerdo contigo.

Si deseas puedes revisar el post que escribí al respecto en www.diegopajares.lamula.pe

Saludos!

6:50 p. m.  
Anonymous Macarena dijo...

Hola Andrés, me parece excelente el debate sobre el rol de los medios en esta tragedia. Creo que el terremoto remeció no sólo las relaciones entre las FFAA y la sociedad, o las del Gobierno de Bachelet con la ciudadanía, sino también la forma cómo los periodistas enfrentamos una situación de este calibre. En en 1985 no había internet, ni celulares y, lo más importante, estábamos en dictadura. La forma de abordar la historia B era bastante distinta, ya sea por los medios limitados de los que se disponía o bien por la censura o autocensura imperantes. Dicho esto, tengo que confesar que me cuesta formarme una opinión sobre la labor de mis colegas en los puntos más calientes. Transmitir, editar una tragedia de estas dimensiones en tiempo real es muy, pero muy complicado. Admitiendo que no tengo "guitarra", que hago el análisis desde la tranquilidad de mi PC en Santiago sólo lanzo algunas reflexiones al aire: ¿qué hubiese ocurrido si en lugar de transmitir en directo los saqueos, lo hubiesen hecho días después cuando la situación ya estuviese controlada? ¿se habría evitado la cadena de pillajes? No lo sé, seguramente nunca lo sabremos y tampoco sé si es profesionalmente aceptable. Ahora si en lugar de dar durante horas y horas, como un largo bucle, las escenas de pillaje se hubiese optado también por dar imágenes más positivas (si es que las había en ese momento) creo que el análisis sería diferente. Pero si es debatible la cobertura de la violencia, creo que no lo es los errores que se han cometido a la hora de ponerle el micrófono delante a informaciones o declaraciones irresponsables. Hay muchas autoridades, líderes de opinión o sociales que no han estado a la altura, que no se dan cuenta que quienes los están escuchando son personas con miedo, con incertidumbre que son vulnerables ante el caos... si la autoridad no se da cuenta, nosotros como periodistas sí lo tenemos que tener claro. Igual como somos rápidos para prender el micrófono tambien debemos ser rápidos para apagarlo cuando tenemos la sospecha de que le estamos haciendo el juego a algo muy distinto a la lbertad de expresión. Responsabilidad, sólo responsabilidad con unas dosis de sentido común.
Ya, lo dejo, sorry, he sido una latera, pero vengo de mi programa de radio... y me da susto decir una palabra de más, algo que pudiera empujar a alguien a hacer o decir una estupidez.
Mil perdones Andrés por la patudez de usar tu blog.
un abrazo
Macarena Lescornez

7:44 p. m.  
Blogger andrés Azócar dijo...

Macarena

No, nada de latera. El tema me gusta. Creo que los medios están en una etapa de redefinición que es complejo y que nos hace mirarlos con mayor cautela.

Creo que la TV en general es un medio que reflexiona muy poco sobre lo que hace. Por el tiempo que tienen para reportear, por ser una industria ultracompetitiva y porque no hay incentivos a los periodistas por lograr mayor calidad en lo que hacen...y yo estoy seguro que pueden.

Ahora, en épocas de crisis creo que la instananeidad es muy compleja de manejar. La invasión a Irak fue un ejemplo concreto. Robert Fisk fue muy crítico por el sesgo que se usó, especialmente por la autocensura de los medios occidentales. Yo esoty convencido que la trsnmisión de los saqueos apuró la ayuda del gobierno...quizás fue mucho, seguro. Y seguro que hubo "excesos". Pero eso pasa a diarios en los diarios, las radios e incluso entre gente que se autodefine como "entendidos".

Pero pedir a los medios que sean "científicos" cuando ni siquiera la ciencias (muchas veces) no se pone de acuerdo en los "hechos", me parece mucho. Creo que hay mucha crítica de gente que nunca ha pisado una redacción y genera dogmas impresentables. Tu has has sido reporteras y corresponsal, sabes lo falibles que somos. No digo que no haya críticas, yo lo he hecho muchas veces, pero debe ser con cierta altura de miras.

En fin, latie yo...sorry.

Nos vemos

A

10:41 p. m.  
Anonymous Macarena dijo...

Excelente punto Andrés! Otra cosa que me ha llamado la atención después de que un periodista europeo me lo hiciera notar: no se han mostrado muertos. Es una "cobertura blanca", me dicen. No he visto todos los canales ni todo el rato. No sé si es así, pero si así fuera: ¿Será calculada la ausencia, casualidad..? Cuántas preguntas para hacerles a los editores. Uno se imagina ciertas respuestas por la experiencia.
Gracias por el espacio y el tiempo,
Maca

11:23 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Hace 5 años en el país más poderoso del mundo...Desastre? Saqueos? Nada nuevo bajo el sol....

Ciudadanos se arman contra saqueos en EU
por: Agencia
Fuente: EFE
Dueños de negocios de las zonas afectadas por el huracán Katrina en EU se arman con fusiles para enfrentar a los saqueadores

WASHINGTON, Estados Unidos, sep. 1, 2005.- La impotencia policial para frenar los saqueos en las zonas de Estados Unidos arrasadas por el huracán "Katrina" ha llevado a las víctimas a tomarse la justicia por su mano, mientras las autoridades avisan que no habrá tolerancia con los que saquen tajada de la tragedia.
Las cadenas de televisión muestran imágenes impactantes de potenciales víctimas, armadas con fusiles, que hacen guardia ante sus negocios para evitar que los saqueadores arrasen con lo que puedan.
La policía, ayudada por agentes de la Guardia Nacional, patrulla armada las calles pero, en muchos casos, no da abasto o se ve obligada a hacer la vista gorda ante pequeñas multitudes que cargan bolsas de plástico e incluso contenedores de basura con todo tipo de objetos.
La situación se degrada por momentos y las autoridades aseguran que van a tomar cartas en el asunto y que no van a permitir que unos cuantos se aprovechen de la desgracia de miles de personas.
Incluso el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se ha referido a este problema y lo ha hecho para lanzar un claro mensaje: habrá "tolerancia cero" con los saqueadores, dijo.

Después del paso del huracán Katrina a comienzos de esta semana por el sur de Estados Unidos, Nueva Orleans, la ciudad más afectada, ya comienza a notar las consecuencias de la catástrofe. El 80% de la ciudad está inundado, hay riesgo de epidemias gastrointestinales, saqueadores invaden las calles y hay miles de damnificados, algunos refugiados en el Domo de Nueva Orleans y otros trasladados a ciudades como Houston, en el estado de Texas.
Una portavoz de la Asociación Hospitalaria de Louisiana declaró: "Son miles las personas enfermas. Es necesario que los hospitales cuenten con capacidad de recibir enfermos", lo que da cuenta de la magnitud de la emergencia sanitaria, decretada por el gobierno federal, una vez se conoció la magnitud de la tragedia.
Los saqueos también se hicieron frecuentes, hasta tal punto que las autoridades decidieron militarizar la ciudad. El miércoles, las operaciones de rescate fueron suspendidas después de que se oyeran disparos desde el Superdomo, que al parecer iban dirigidos a los helicópteros. El Pentágono enviará 45.000 efectivos de la Guardia Nacional, cuya misión será el reparto de la ayuda y el mantenimiento del orden. Por ahora, 300 soldados, provenientes de Iraq, han ingresado en la ciudad armados con fusiles M-16 con la orden de "tirar a matar" a los posibles saqueadores.
Por otra parte, las pérdidas económicas oscilan entre US$10.000 millones y US$25.000 millones. El 95% de la producción petrolera del Golfo de México fue afectado, según el Servicio de Administración de Minerales. Las actividades de ocho refinerías fueron suspendidas.
El presidente George W. Bush declaró que este es "uno de los peores desastres" en la historia de su país y que "nuestra primera prioridad es salvar vidas". Bush inicia este viernes una gira por la zona del desastre, en medio de las críticas por la aparente parsimonia con que han actuado las autoridades y los funcionarios locales y federales para atender la emergencia.

1:38 a. m.  
Anonymous Alberto Pedro dijo...

Gran Andrés:
Posiblemente quepo dentro de los acomodados comentarios desde el sector Oriente de la capital, tal como soy pintado para el cuadro "Cota Mil" del cura Berríos... pero desplazarme por cualquiera de esos motivos de un debate sobre praxis periodística, siendo profesor en una Facultad de Comunicación y teniendo experiencia suficiente en el tema creo que sería una injusticia. YA invitaremos al debate a los Amaro, los Bustamante, las Rincón y las Onetto, quienes aportarán muchísimo, pero no porque yo y tú sabes quienes (por Twitter) no estamos con un micrófono en Concepción tenemos menos derecho a un debate que, en su esencia cuenta con un grado de intelectualidad.
En fin, comparto 100% tu visión sobre el poder de la TV (lo que sería bueno debatir es el poder de Twitter, desde donde surgieron muchos rumores y las noticias malas se multiplicaron en exceso, generando una realidad deformada).
Sin embargo, creo que las imágenes del saqueo (seamos directos: Amaro en TVN) era necesarias mostrarlas, pero se cae con mucha facilidad en la trampa del directo. La señora que dice que nadie los ayuda y el señor que dice que nadie hace nada no tiene otro efecto sino el hacer pensar a todo quien ha sufrido con el terremoto que correrá la misma suerte de no ser ayudado por nadie y tener que buscarse su propio camino.
Lo de la repetición y edición cinematográfica de las imágenes me parece reprochable absolutamente y sin ningún pero.
No creo que haya que debatir el qué mostrar, sino el cómo hacerlo y para qué. Tengo el bichito de que la TV, con semejante poder que tiene (sumémosle la web), debe saber conducir de manera especial la información en momentos de catástrofe.
Hay periodistas que se han roto el lomo. Hay autoridades que se han roto el lomo. Coincido contigo que no es momento de reproches y ataques. Pero DEBE venir el tiempo de la reflexión y, tal como la autoridad debe coordinarse mejor para la próxima, nosotros los medios debemos estar formados y informados en el cómo informar estas situaciones.
Termino diciendo algo que para muchos liberales sonará duro: creo que hay que discutir el hecho de que en situaciones extremas y en el que se corre un peligro mayor que el de la falta de información, es obligación moral del periodista - que es antes persona y ciudadano - no mostrar TODO lo que ocurre lo que, MUCHO OJO, no es equivalente a desinformar a la gente.
Queda mucho debate por delante, en el que me tienes para participar.
Gran abrazo y ojalá nos conozcamos algún día cara a cara.

6:57 a. m.  
Anonymous Julio Mundaca dijo...

Comparto la opinión, pero tb los telespectadores tenemos responsabilidad..por mi parte no permití a mis hijos ver tv,sin que yo estuviera al lado para exoplicarle, en lenguaje infantil, qué estaba sucediendo....esto es como el circo, si uno le gusta verlo, lo ve, si no, no entro y paso de largo.
Un comentario aparte para la prensa escrita..ran despliegue de La tercera, odea llevar el terremoto en la portada del sábado fue algo sorprendente.

10:34 a. m.  
Blogger andrés Azócar dijo...

Alberto Pedro

No te sientas herido por lo de Santiago Oriente, no hablaba desde la cota 500 y tanto (una lesera) sino desde donde disparan la mayoría de los tuiteros que creen que son dueños de la verdad.

Me siento extraño defendiendo el rol de la Tv, cuando yo mismo me siento un detractor (no siempre, eso sí) de lo que hacen. Pero en términos generales, creo que la cobertura que hicieron era la adecuada.

Tengo una visión de los medios crítica, pero sé lo complejo que es hacer la pega. No me gusta que la publicidad pese tanto, que los periodistas no tengan capacitación permanente, que los editores no se den el tiempo de pensar en serio qué es lo que hacen, que construyan manuales para no cometer errores, pero nada de eso los hará infalible. Y no olvidemos, que los medios, como las universidades, viven de sus ingresos.

Sobre la moral (hay algo más relativo que eso) te pongo un ejemplo real. En Irak se discutió el porqué difundir los atentados terroristas. Parecía obvio (aunque no estudiado) que entre más se difundían las inmolaciones más atentados había. Pero, como casi siempre, había otra postura que decía: si no difundimos los atentados, cómo sabrá la gente (chiítas, sunitas, kurdos y cristianos) cómo tomar precauciones, a qué mercado no ir, qué tipo de horario es más conveniente. Sólo con la información del Estado? Claro que no. Los atentados suicidas, eran repeticiones básicamente de un mismo hecho.

El "cómo" es la cuestión, sin duda. Pero los periodistas no son robots, ni manulaes académicos. Son sangre, instintos y la razón muchas veces, como les gusta decir a los budistas) está en su sueño.

A la larga, como todos los bemoles que citas y que tienes razón en parte importante de ellos, la TV no saldrá tan mal parada. Nunca mostraron cadáveres, hay imágenes de violencia más fuertes en los diarios que en sus cámaras y, quizás, lo más importante, movilizó al gobierno.

Esperemos unas semanas y armamos el seminario. Será muy interesante, aunque me temo que saldrá moretado.

Abrazo y gracias

10:55 a. m.  
Blogger Eduardo Arriagada dijo...

segunda parte:
Todos sabemos que si una tienda se deja abierta en la noche en el centro de la ciudad terminará siendo saqueada. Llegarán oportunistas, gente necesitada, y muchos frescos y lumpen; al final la tienda será vaciada si no hay alguien evitándolo. Lo que advertí por Twitter es que en el tema del saqueo y los medios debía manejar el “como” se informaba. No era conveniente la transmisión en directo y mucho menos dejar que ciertos periodistas-floreros asumirán el protagonismo de notas con fondo musical y visos de heroicidad de estilo hollywoodense como lo realizó el mismo canal público que también hizo otras cosas en estos días. La misma Andrea Vial dijo en Twitter que no era conveniente que rostros de los matinales tomaran la conducción de los programas informativos, no se trataba de un problema de rostros, lo que espero que ella advertía era la falta de criterio editorial que era altamente necesario en estas horas para comentar lo que se estaba transmitiendo.
En Twitter un profesional venezolano, @chepele, me comentó el lunes pasado por lo que discutía con mis colegas sobre el problema de la transmisión de los saqueos: “En Venezuela aprendimos la lección con los saqueos de 1989: retransmisión en vivo genera efecto en cadena”.
Jamás he dicho que no haya que transmitir los saqueos, sino he discutido el cómo. El periodista de CHV Matías del Rio dijo en Twitter “que lo sepan algunos iluminados, los canales de Tv están sin rating desde el momento del terremoto”. Pero el problema no es el people meter, más bien es el natural espíritu competitivo de los profesionales de la televisión que son profesionales en el cómo captar audiencias. Un periodista ante mi crítica me contestó si creía que “unilateralmente” tenían que dejar de poner esas imágenes. Al hacerlo reconocía el problema: los medios están dominados por una cultura competitiva y no estaban dispuestos a dejar de hacer su trabajo normal “de show de noticias”, aunque la tragedia lo podía exigir. No había necesidad de usar técnicas para emocionar, para mantener a las audiencias delante, la noticia nos tenía a las audiencias permanentemente conectados a la información y muy susceptibles.
Lo que se transmite en los medios no condiciona, solo influye. Hasta estas conversaciones, masificadas por Twitter, influyen. Hace una semana me comentó un colega que por un comentario crítico mío al problema de los noticiarios dedicados al festival una periodista seria se había negado a hacer una nota de relaciones públicas sobre la próxima teleserie de un canal. Estoy seguro que la conversación sobre la TV y los saqueos que se dio en Twitter influyó en las discusiones internas de los canales. Andrés Azocar comentó, ante el cambio de los noticiarios de anoche, que había sido provocada por presiones del gobierno y los militares, yo creo que seguro fue más relevante la discusión al interior de los medios, alimentada también por el feedback de las audiencias, que es lo que hacemos algunos desde nuestras casas.
Un amigo español me decía que cuando la TV transmite en directo ya no es periodismo, es electricidad. Esa frase, exagerada, trata de mostrar la importancia del trabajo editorial que se da entre que sucede la noticia y el momento en que esta se publica a la audiencia. Esto es lo que ha mejorado en la televisión desde ayer. No es casual que en cualquier manual ante emergencias se destaca la importancia del manejo de la información.
Un abrazo

11:39 a. m.  
Blogger Eduardo Arriagada dijo...

Andrés:
Te diré lo mío de guata, como producto de lo que he estado conversando en estos días en Twitter.
Yo creo que el trabajo informativo influye, y mucho. Incluso considero que hasta las simples conversaciones con colegas que promuevo en Twitter influyen.
Por supuesto que lo sucedido tiene responsabilidades mucho más relevantes fuera de los medios. Personalmente creo que el gran error estos días ha sido la carencia de un gobierno decidido, rápido y eficiente. Viera Gallo nos dijo a todos luego del terremoto que no había que mandar nada al sur, que cada región tenía los recursos para enfrentar el problema. Heraldo Muñoz decía que la ayuda internacional siguiera yendo hacia Haití que nosotros podíamos resolver esto solo. Para que insistir del error respecto hablar de la información del maremoto o la desinformación al respecto. Hubo muchos errores que se pudieron resolver rápido con más información, pero el gobierno además entregó la información con cuentagotas y no reconoció a tiempo sus errores.
Tal como insistí en las conversaciones en Twitter creo que el gran error fue no haber mandado a soldados, fuertemente armados y cargados de alimentos, a la zona de la catástrofe desde el primer momento. Faltó una señal drástica muy bien comunicada, los medios debieron cubrir la llegada del ejército a las pocas horas de sucedido el terremoto y mostrar que, progresivamente, fueran llegando a los distintos pueblos más aislados. Para mí la imagen del segundo día en los medios debió ser el contingente del ejército fuertemente armado delante de las cámaras repartiendo alimentos, por supuesto que esto no apareciera en los canales no era responsabilidad de los medios.
En muchos aspectos los medios, y en especial la televisión , han realizado un muy buen trabajo. Personalmente ha sido un orgullo ver a amigos y ex alumnos siendo los primeros que llegaban a las zonas más damnificadas. No había policía, para que hablar de políticos, solo estaba el periodista y las personas que peor parte habían sacado de la crisis. Me saco el sombrero por todos ellos, pero eso no me impide ser claro en que también se cometieron errores y algunos serios. Creo que el más grave se dio en Santiago, entre los editores de los medios. Es entendible que algunos reporteros se hiperventilaran ante la desesperación que veían, el problema fue no haber trabajado las imágenes que llegaban a los medios, haberlas editado. Nadie discute que había que informar, el problema es el cómo se hizo.
En Twitter la periodista Andrea Vial le restaba importancia a lo que transmitían los medios, decía que estos no influían porque el lumpen penquista no estaba viendo televisión, ni siquiera tenían electricidad. Otros profesionales, cuando yo pregunté por qué se estaba desatando una cierta psicosis en las ciudades, me recordaron que en esta sociedad hipercomunicada los fenómenos imitativos se difunden mucho más rápido. La psicosis se manifestó en un extremo en el saqueo, en el otro extremo se vio en las filas de las bombas de bencina y los supermercados. Más allá de la mayor gravedad de lo primero , ambas actitudes también reflejan un clima moral más individualista. Se equivocan los que creen en la neutralidad del trabajo informativo porque hoy el boca a boca está hiperagudizado pos la existencia primero de medios masivos y luego de potentes y casi universales redes de comunicación, tanto telefónicas como sociales a través de las redes.
(sigue: hay límite de caracteres y yo soy un latero)

11:39 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

no se bien como inscribirme (y me da lata todo el proceso). el ultimo comentario bajo "anonimo" es mío: felipe bianchi leiton. saludos

12:24 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

el efecto imitación supuestamente generado por los medios no está de modo alguno, para nada, ni medianamente, comprobado ni aceptado. la cobertura dado por los medios chilenos (bastante cuidada me parece, sin cadáveres, sin exceso de llantos, muy alineada con el rol de informar y, a través de eso, ayudar) pudo haber tenido sus defectos, obvio. pero en general fue estupenda en medio de una absoluta falta de movilidad, decisión y capacidad mostrada por los que si tienen que ayudar y solucionar: el gobierno y los agentes politicos. dar o o dar un par de saqueos en directo me parece un tema menor dentro de cinco días de transmisión de todas las áreas de prensa. de todos modos, me parece atinado y bien pensado haberlo hecho. puso el momento en su justo punto. no fue exagerado ni "vendedor". no sólo no había rating ni tv en la zona, sino que, para el resto del país, incluídas las autoridades políticas, significó la primera fotografía real de lo que estaba pasando en la zona. esta crisis, me parece, será recordada como la ocasión en que la prensa se hizo cargo del país por un par de días. debe haber crítica y autocrítica, obvio, pero sería (ha sido) extremadamente injusto apuntar las balas a la prensa (que dio una lección) y no a las autoridades y buena parte de la población... que dieron pena.

12:24 p. m.  
Blogger Francisco Otondo dijo...

Yo no sé si la transmisión de los saqueos produce más saqueos. Lo que sí sé es que era algo relevante que estaba pasando y había que transmitirlo. No dejarlo para algunos días después, cuando todo estaba controlado, como se ha sugerido aquí.

Sin embargo, lo otro que también sé es que nuestra pega consiste en darle sentido y contexto a la información. Eso nos diferencia como profesionales de lo que cuenta la vecina, lo que dice la fuente o lo que se escribe en un blog o en una red social. Y, como herramienta para dar sentido y contexto, la transmisión en vivo es la peor.

Por otro lado, concuerdo en la idea de que la cobertura televisiva permitió dar una idea más o menos bien precisa del desastre y el drama de la gente, aunque haya casos puntuales que caen en el amarillismo o en el exceso de protagonismo de sus rostrillos.

12:39 p. m.  
Blogger Francisco Otondo dijo...

Ah, y me saco el sombrero frente a los periodistas que llegaron allá cuando nadie llegaba y frente a los periodistas de las regiones que han seguido trabajando pese a sus propios dramas.

12:41 p. m.  
Blogger maria estela dijo...

He leído todos los comentarios...y como periodista me siento bien de comprobar que hay gente pensando en estos momentos. No hay conclusiones finales, es cierto, pero estamos analizando, movilizando. Bien por eso y por ese "seminario" prometido.

12:44 p. m.  
Blogger andrés Azócar dijo...

Eduardo

Entiendo tu punto, pero mientras no haya alguien que certifique realmente que los medios pueden generar tal tipo de reacción, creo que finalmente la conversación deberá girar en torno a la responsabilidad y a la competencia de los editores.

La Tv tiene suma códigos propios de la profesión y también códigos que son propios de su ADN. Y esos muchas veces se confunden, es bastante evidente no sólo en Chile, en muchas partes del mundo. Además, está hecha por seres humanos que tienen sangre y que, en este caso, ven la realidad (drama, desolación, caos) frente a ellos, no frente a una pantalla del PC. En esos casos, te puedo asegurar que los códigos se diluyen.

Jon Lee Anderson me contaba que en Sri Lanka le tocó ver cómo los Tamiles torturaban a una prisionera...era seguro que la mataban. Según los manuales del periodismo él era un testigo simplemente...pero no, él trató de intervenir poniendo en riesgo su vida. Lo mismo le pasó a jean Francois Fogel en Cuba y son periodistas de prensa, que no deben decidir en un micro segundo lo que deben hacer.

Sí, hubo cosas que no me gustaron, pero insisto que ante la duda, los medios deben informar y si es necesario re informar, tb. En estos días no hemos visto cadáveres, lo que muestra que la TV no andaba tan loca...basta recordar como los medios ultra profesionales de EE.UU mostraban como los muertos se apilaban en Tailandia y la India para el tsunami de 2004.

En fin, seguiremos discutiendo

1:00 p. m.  
Blogger andrés Azócar dijo...

Felipe

Gracias por el comentario, en general concuerdo contigo

Abrazo

1:01 p. m.  
Anonymous Alberto Pedro dijo...

Queridos colegas:
Concuerdo en gran parte con Eduardo. Indudablemente vengo de una escuela clásica de periodismo que considera peligroso - aunque en momentos necesario - el despacho en vivo. Pero tiene, precisamente, este tipo de peligros.
Del gran Andrés comparto la importancia de informar y la prioridad de ello para el periodista... donde dudo es que el periodista es antes persona y, por lo mismo, antes que ser un buen profesional debe ser una buena persona (por lo general - y se abre otra rama - ambas "bondades" deberían coincidir)... Salvar una vida - la propia o ajena - hace a un periodista mejor persona que aquel que se limita a ser un simple espectador ajeno a todo. Si no fuera así, no habría diferencia alguno entre la cámara y el periodista y, por lo mismo, pronto podremos ser reemplazados por máquinas.
Me encantaría ampliar el tema de debate más allá de la TV - creo que lo de Amaro coincidimos medianamente todos de que fue un exceso - sino incluir medios como Twitter, que puede - hablo para periodistas - ser fuente de mucha verdad (nuestro objetivo) pero también de mucha mentira (nuestro peor enemigo).
En fin, esto se está calentando y apoyo la idea de enfriarlo con cerveza en las próximas semanas.

7:23 p. m.  
Blogger José dijo...

El debate acerca del papel de los medios de comunicación, y especialmente de la televisión, en hechos como estos es complejo y delicado a la vez.
En Venezuela, uno de los episodios más sangrientos de la historia lo tuvimos el lunes 27 de febrero de 1989 cuando, luego del anuncio de una serie de medidas económicas por parte del gobierno, se generó un estallido social en Caracas, en el cual miles de personas enardecidas saquearon supermercados, abastos, panaderías, y cualquier comercio; hecho que concluyó con la salida del Ejército a la calle, la suspensión de las garantías constitucionales y muchos muertos.
Las primeras protestas de ese lunes se originaron, muy temprano, cuando los ciudadanos llegaron a las paradas de autobuses y encontraron un inesperado incremento de precio en el pasaje que no habían calculado (faltaba un día para cobrar el sueldo de fin de mes). Estas primeras protestas comenzaron con obstaculizaciones de la vía y reclamos a los conductores. Sin embargo, se caldearon los ánimos y un supermercado cercano a una de estas paradas fue chivo expiatorio de la furia social. En el lugar estaban las cámaras de un canal de tv de cobertura nacional, que transmitía en vivo el acontecimiento.
En pocas horas, se desató una ola de saqueos y vandalismo en las que pudimos observar, a través de los televisores, a personas cargando alimentos y productos de los supermercados, pero también televisores, neveras, sillones, equipos de sonidos, cauchos, camas y hasta pianos.
Aún se discute con frecuencia en nuestras escuelas de periodismo la actuación de la televisión y si la retransmisión en vivo de estos hechos generó un efecto multiplicador, con lo cual se cuestiona el rol de los canales de televisión y de los periodistas que cubrieron estos hechos, indiscutiblemente noticiosos.
El 27F sorprendió a los venezolanos. No estaban listos los canales de televisión para hacer una cobertura conciente de estos acontecimientos y, en medio de su sorpresa, transmitieron en vivo las imágenes de los hechos vandálicos, lo cual hizo que automáticamente muchos salieran de sus casas a “imitar” este comportamiento.
¿Cómo explicar esto? A mi modo de ver, la divulgación exhaustiva e instantánea de conductas que rompan con la norma social pueden ocasionar la imitación de las mismas en determinadas audiencias.
Una suerte de extensión del efecto Werther, el que expone la relación entre la divulgación poco responsable de conductas suicidas y la imitación que genera en ciertos públicos. Es así como la forma como se informa de un suicidio en los medios puede generar efectos en cadena. Cito este ejemplo de un artículo del blog La Mirada de Jokin: “Entre 1984 y 1987, en Viena, Austria, hubo una ola de suicidios de jóvenes que saltaban frente a los vagones del metro. Cuando se indagó por las causas, se encontró que, en buena medida, imitaban a otros jóvenes cuyos casos habían conocido en detalle gracias a la prensa. Entonces se realizó una campaña que incluía modificar la manera de contar los hechos y, en efecto, al cabo de seis meses, los suicidios de esa especie se habían reducido en 80%”. (http://bit.ly/dxedCL).
¿Debe la prensa entonces dejar de informar por temor a generar estos efectos? No, pues sería el principio de una autocensura. Una de las graves consecuencias de las transmisiones del 27F se dio muchos años después, cuando el actual gobierno de Hugo Chávez las utilizó como argumento para aprobar una ley regulatoria para radio y televisión (Ley Resorte) que prohíbe a los canales transmitir imágenes de violencia en horario para niños. Por esto, y por las sanciones de tipo político que se le han impuesto a los canales (cierres, suspensión de concesiones, multas, presiones…) muchos han decidido dejar de transmitir, generando un vacío informativo que han aprovechado, sobre todo los cuerpos policiales, para reprimir de manera violenta cualquier tipo de manifestación en contra del gobierno.
Cierro con esto mi aporte, que comencé con el tuit que cita Eduardo Arriagada.

@chepele

3:35 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Una aclaración, cuándo postulo que el saqueo no debío transmitirse en vivo no digo que había que dejar pasar unos días, como comenta Francisco. Hablo solo de editar la nota en el canal y presentarla contextualizada asumiendo el contexto de riesgo de psicosis reinante.
Eduardo Arriagada

8:32 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

¿Nada sobre el trabajo artesanal que han hecho las radios locales? Anduve por allá, y la mayoría ayuda directamente con mensajes del tipo "Fulano busca a Mengano, quien fue visto por última vez, en bla bla bla".

Hay que sacarse el sombrero. Las radios sí que han sido de ayuda.

sofista@gmx.de

11:58 a. m.  
Blogger andrés Azócar dijo...

José Félix

...a pesar de que no hay certeza del efecto que tiene la TV en casos de catástrofe, tiendo a pensar que es un medio tan poderoso, que algún tipo de efecto puede tener.

El ejemplo que cuentas es muy bueno, pero tal como lo dices, en cierto momento pensamos qué debemos hacer no poner las imágenes o simplemente no olvidar que debemos informar. En el caso de Chile, la pregunta que me parece más podenrada en relación a las críticas que ha recibido la TV es ¿Era necesario repetir tanto las imágenes? Parece que no.

Yo más que censurado, creo que la cobertura debió haber sido además fuente de información clave para resolver ciertas dudas y que requerían la presencia de expertos. Ese complemente, junto con dar información de ayuda (que lo hicieron en parte) hubieras sido mejor.

El ejemplo de la imitación es una condcuta humana, los medios pueden potenciarla, pero existen. Qué haremos con las redes sociales, en donde los medios pierden el rol de intermediarios. Porque ahora los suicidios en Japón se coordina por Facebook, ya no necesitamos a los medios.

En fin...gracias por tu comentario, porque me aportas datos muy buenos.

Abrazo desde Chile

12:49 p. m.  
Blogger andrés Azócar dijo...

Sofistas

Sin duda, la radio ha hecho un trabajo notable, pero no fuera de las críticas. De hecho, la señal regiol de Bío Bío ha sido cuestionada desde el Ministerio del Interior, situación que no sólo la encuentro antidemocrática, sino ignorante en relación al trabajo de los medios

Saludos

12:51 p. m.  
Blogger werth dijo...

hola andres.

soy Ivan Werth. saludos desde lebu. estoy como pastor de la alianza cristiana y misionera. acà grandes destrozos principalmente en el puerto. saludos a la familia.

un abrazo. retomemos el contacto.

www.ivanwerth.blogspot.com

2:41 p. m.  
Blogger Félix F. dijo...

Creo que hay muchos que han acertado en esta discusión sobre lo que ha significado para los medios la transmisión de esta catástrofe.

Comparto con Macarena el tema de la responsabilidad. Y a eso agregamos datos.

La gente que llegó al Lider ubicado en la Avenida Arturo Prat en el Barrio Estación no llegó "a puro olfato". No. Tampoco lo hicieron porque era el único camino que se podía transitar. Mucho menos porque ese Líder haya sido el único supermercado en la región. Mucho menos, porque haya sido el lugar más devastado, aunque un edificio construído en pésimas condiciones lo convirtieron en una pseudo "zona cero".
Según lo que se ha podido desprender de todas las transmisiones, en una declaración una señora dice que "en la radio dijeron que iban a dar comida". Borremos de plano a la TV, que, sin luz, el medio más cetero es la radio. No hay twitter, ni internet ni pilas suficientes para cualquier aparato televisivo. Mucho menos, aparatos portátiles en perfecto estado. Sólo la radio y sólo una radio, según cuentan damnificados de la zona. En un mensaje de esa radio se habría dicho que se les daría alimento a las señoras y una serie de condiciones. Volvemos a la tele por un segundo: un carabinero explica la idea de la "entrega ordenada". La gente llega y se junta frente a este supermercado. La supuesta "entrega ordenada" no tiene sentido frente a la multitud. Miremos la tele: dos señoras alegan de que se habían entregado supuestas ordenes para retirar cosas y que no pasaba nada. Primero, se congrega gente.¿Cuántos? Muchos. Segundo, el supermercado está a disposición con permiso de alguien ¿Quién? Alguien. Tercero, se cancela la entrega ordenada. Cuarto, la gente presiona. Quinto, la "turba" (con el respeto que tengo a las verdaderas turbas) entra al supermercado. La tele con acento español incluido, lo muestra. Pero da lo mismo. La radio lo narra (y de pasada lo twittea). Sexto, llega la alcaldesa y habla del caos que hay en toda la zona. ¡En toda! Que saqueaban en todas partes y un montón de cosas así. Sin siquiera tener ella certeza de sus dichos. Mucho menos, sin medir las consecuencias.
Acá es completamente cierto que el saqueo no fue fruto del hambre sino del caos causado por la irresponsabilidad de algunos medios y de autoridades como la intendenta.

4:15 p. m.  

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