10 metas del periodismo Digital
El anuncio del NYT de abrir sus archivos de columnista al público muestra una vez más que el desarrollo del periodismo online apenas está acomodándose, que las luces no son muchas aún y que es complejo teorizar sobre la base de dogmas. Eso no quiere decir que haya algunas ideas que a estas alturas son obvias y que trazaron la primera década de internet: convergencia, la supremacía del algoritmo, el rol participativo de las audiencias, algunos modelos económicos y contenidos manejados sin los criterios clásicos del periodismo. Llegar a esto ha costado sudor y lágrimas. El diario de los Sulzberger es el fiel reflejo de esta transición de diez años en la que le tocó navegar por varias y torretosas aguas, hasta que finalmente se rindió a la idea que por contenidos informativos nadie está dispuesto a pagar y es mejor hacer la apuesta por tráfico-volumen-avisaje. Este decálogo fue escrito por Diego Rottman el boletín de Periodismo.com, e intenta -a veces limitando con la obviedad- dar señales de lo que le espera al periodismo digital.
2) Blogs como fuente: en casi 53 millones de blogs y 1,2 millones de posts nuevos cada día tiene que haber algo interesante. El problema es cómo filtrar ese contenido (el párrafo anterior podría ser un buen inicio). Pero un periodista demanda más que calidad para tener en cuenta a una fuente (más cuando se trata de información que de opinión). Se necesita un sistema fiable, similar al de eBay con las 55 Director de Periodismo.com subastas, para asignar autoridad o reputación a un bloguer. Los diarios y revistas digitales se escondieron siempre en la reputación que les dejaban sus versiones en papel, pero con individuos esto se aplica solamente para el caso de las celebridades. Rapleaf.com es un intento pionero de plataforma de reputación que habrá que seguir de cerca.
3) Generar agenda: en los últimos años se está dando un fenómeno poco estudiado: la tv le está arrebatando lentamente la agenda a los medios gráficos. Mientras tanto, el periodismo digital es el gran ausente: son pocos los hechos que tengan su origen informativo en la web y, cuando esto sucede, la prensa tradicional ignora su génesis digital.
4) Coopetencia: los mayoría de los medios digitales masivos todavía no aprendieron a coopetir (neologismo que hibrida cooperar y competir). Siguen con las viejas reglas del mundo "de átomos". Pero los lectores de la web no saben qué es la fidelidad, los blogs se enlazan desde sus inicios, Google News tiene noticias sobre Yahoo! y viceversa, y ya hay algunos diarios online como The New York Times o El País que empezaron a recomendar cotidianamente contenidos de sitios externos. ¿Veremos algún día coberturas compartidas o alguna otra evolución de esta conducta que aún no podemos imaginar?
5) Contenido colaborativo: fuera de los medios digitales tradicionales, la coopetencia demuestra todo su potencial con proyectos como Seti@home o el software de código abierto y, en cuanto a creación de contenido, Wikipedia o el Open Directory. Pero estos dos proyectos no pueden todavía garantizar una alta fiabilidad y mecanismos que mantengan a los saboteadores alejados sin burocratizar cada vez más sus estructuras. Resta todavía entender si la inevitable profesionalización de estos esquemas continuará apostando a la voluntad militante o a sistemas de remuneración.
6) Usabilidad: la ola interminable de rediseños estéticos de los medios no se condice con su equivalente funcional. Tenemos sitios cada vez más bellos, pero menos navegables. Pantallas atiborradas de contenido, separación de ediciones digital e impresa en los diarios, accesorios que sólo pueden dominar (e interesar a) los nativos digitales, buscadores internos inutilizables... y sigue la lista de desaguisados.
7) Subir el estándar: si el periodismo digital pretende ser tomado en serio, debe subir el patrón de calidad. Eso no significa agregar más feeds de RSS o infografías en Flash, sino incorporar corrección de estilo (¿cuántos diarios tienen corrector para versión en papel y no para la versión digital?), tener un libro de estilo propio, ofrecer ombudsman para sus lectores, capacitar a sus periodistas y estimular a los nuevos talentos con premios o concursos.
8) Financiación: si bien es muy fácil producir contenido para Internet, sigue siendo difícil vivir de emprendimientos digitales independientes. Los teóricos del periodismo digital suelen ser indiferentes frente a este tipo de planteos. Y aquellos pocos que logran un proyecto rentable muchas veces lo hacen por vías indirectas o cuestionables. Más temprano o más tarde el debate de los ingresos tendrá que pasar al primer plano.
9) Volver a pensar al periodista digital: todo periodista es digital, en la medida en que usa buscadores, envía y recibe emails y consulta medios online de todo el mundo para su tarea cotidiana. Pero también podríamos afirmar que ningún periodista es digital, ya que no hace otra cosa que utilizar sus competencias como periodista (a secas) en medios digitales. Trabajar en un medio virtual (cargar noticias en un Sistema de Gestión de Contenidos) no convierte a alguien en periodista digital. El soporte no aporta demasiado para definir las competencias de un periodista (periodista radial, periodista televisivo), a lo sumo puede hacerlo su especialización (periodista científico, periodista político).
10) "Diablog", el medio digital perfecto: sigue pendiente un medio online con el rigor, la planificación, la organización y la comercialización de un diario tradicional y la independencia, personalidad y adaptación a la web de los blogs. Un "dia-blog". Ojalá que desde Periodismo.com algún día podemos lograrlo.
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1) Personalización: el Daily Me de Negroponte sigue sin ser una realidad. Los intentos de personalización por el lado del lector fallan porque le piden que tenga las habilidades tecnológicas e intelectuales para decidir qué es lo que quiere leer. Los intentos de personalización automática por el lado del soft todavía no tienen la sutileza necesaria (no me olvido de que, cuando Alfonso Prat-Gay era director del Banco Central, iMente lo incluía en sus titulares en el canal "Gays y Lesbianas"), aunque hay buenos intentos como Findory.com (sólo en inglés) que agrupa noticias de diferentes medios y va personalizando la selección a medida que el usuario va leyendo las que son de su interés. Y ni siquiera es necesario registrarse.
2) Blogs como fuente: en casi 53 millones de blogs y 1,2 millones de posts nuevos cada día tiene que haber algo interesante. El problema es cómo filtrar ese contenido (el párrafo anterior podría ser un buen inicio). Pero un periodista demanda más que calidad para tener en cuenta a una fuente (más cuando se trata de información que de opinión). Se necesita un sistema fiable, similar al de eBay con las 55 Director de Periodismo.com subastas, para asignar autoridad o reputación a un bloguer. Los diarios y revistas digitales se escondieron siempre en la reputación que les dejaban sus versiones en papel, pero con individuos esto se aplica solamente para el caso de las celebridades. Rapleaf.com es un intento pionero de plataforma de reputación que habrá que seguir de cerca.
3) Generar agenda: en los últimos años se está dando un fenómeno poco estudiado: la tv le está arrebatando lentamente la agenda a los medios gráficos. Mientras tanto, el periodismo digital es el gran ausente: son pocos los hechos que tengan su origen informativo en la web y, cuando esto sucede, la prensa tradicional ignora su génesis digital.
4) Coopetencia: los mayoría de los medios digitales masivos todavía no aprendieron a coopetir (neologismo que hibrida cooperar y competir). Siguen con las viejas reglas del mundo "de átomos". Pero los lectores de la web no saben qué es la fidelidad, los blogs se enlazan desde sus inicios, Google News tiene noticias sobre Yahoo! y viceversa, y ya hay algunos diarios online como The New York Times o El País que empezaron a recomendar cotidianamente contenidos de sitios externos. ¿Veremos algún día coberturas compartidas o alguna otra evolución de esta conducta que aún no podemos imaginar?
5) Contenido colaborativo: fuera de los medios digitales tradicionales, la coopetencia demuestra todo su potencial con proyectos como Seti@home o el software de código abierto y, en cuanto a creación de contenido, Wikipedia o el Open Directory. Pero estos dos proyectos no pueden todavía garantizar una alta fiabilidad y mecanismos que mantengan a los saboteadores alejados sin burocratizar cada vez más sus estructuras. Resta todavía entender si la inevitable profesionalización de estos esquemas continuará apostando a la voluntad militante o a sistemas de remuneración.
6) Usabilidad: la ola interminable de rediseños estéticos de los medios no se condice con su equivalente funcional. Tenemos sitios cada vez más bellos, pero menos navegables. Pantallas atiborradas de contenido, separación de ediciones digital e impresa en los diarios, accesorios que sólo pueden dominar (e interesar a) los nativos digitales, buscadores internos inutilizables... y sigue la lista de desaguisados.
7) Subir el estándar: si el periodismo digital pretende ser tomado en serio, debe subir el patrón de calidad. Eso no significa agregar más feeds de RSS o infografías en Flash, sino incorporar corrección de estilo (¿cuántos diarios tienen corrector para versión en papel y no para la versión digital?), tener un libro de estilo propio, ofrecer ombudsman para sus lectores, capacitar a sus periodistas y estimular a los nuevos talentos con premios o concursos.
8) Financiación: si bien es muy fácil producir contenido para Internet, sigue siendo difícil vivir de emprendimientos digitales independientes. Los teóricos del periodismo digital suelen ser indiferentes frente a este tipo de planteos. Y aquellos pocos que logran un proyecto rentable muchas veces lo hacen por vías indirectas o cuestionables. Más temprano o más tarde el debate de los ingresos tendrá que pasar al primer plano.
9) Volver a pensar al periodista digital: todo periodista es digital, en la medida en que usa buscadores, envía y recibe emails y consulta medios online de todo el mundo para su tarea cotidiana. Pero también podríamos afirmar que ningún periodista es digital, ya que no hace otra cosa que utilizar sus competencias como periodista (a secas) en medios digitales. Trabajar en un medio virtual (cargar noticias en un Sistema de Gestión de Contenidos) no convierte a alguien en periodista digital. El soporte no aporta demasiado para definir las competencias de un periodista (periodista radial, periodista televisivo), a lo sumo puede hacerlo su especialización (periodista científico, periodista político).
10) "Diablog", el medio digital perfecto: sigue pendiente un medio online con el rigor, la planificación, la organización y la comercialización de un diario tradicional y la independencia, personalidad y adaptación a la web de los blogs. Un "dia-blog". Ojalá que desde Periodismo.com algún día podemos lograrlo.
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Etiquetas: nuevos medios
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