Libro: Los Legionarios en Chile
Los Legionarios de Cristo en Chile, se llama el último libro de Andrea Insunza y Javier Ortega, autores de la biografía no oficial de la Presidenta Michelle Bachelet. El texto detalla la historia de esta agrupación religiosa en el país y el cómo se posicionó (rápidamente) como un actor muy influyente entre políticos y empresarios. Este es el cuarto libro que lanza la Escuela de Periodismo de la UDP y se suma a Spiniak y Tompkins. Un esfuerzo que está destinado a poner temas que la agenda de los medios deja fuera y que son de relevancia para el país. Además, estas publicaciones buscan potenciar un género debilitado editorialmente a pesar que en la televisión tiene fuertes competidores. Por eso, no fue casualidad que en la reciente visita a Chile, la Universidad de Texas (a través del Knight Center), eligiera a la Universidad de Chile y a la UDP como socios en su programa de capacitación de periodistas (y estudiantes) de investigación. La siguiente es una entrevista a los autores del libro, que desde ayer está disponible en La Tercera Blogs.
¿Qué importancia le dan a una investigación cómo esta?
Creemos que el aporte de esta investigación es tratar de llenar un vacío. Hasta ahora había muy pocos trabajos periodísticos sobre los Legionarios de Cristo en Chile, a pesar de la importancia que ha cobrado esta congregación religiosa en las últimas décadas. Ha habido trabajos puntuales, sobre episodios acotados, como su llegada a la Universidad Finis Terrae. Pero no existía hasta ahora un trabajo que abordara por qué se han convertido en una congregación tan exitosa y poderosa en los segmentos más acomodados. Si bien a nosotros eso nos parece legítimo, creemos que un fenómeno de tal trascendencia no puede escapar del escrutinio del público.
¿Esta es una sociedad pequeña y socialmente muy concentrada. Este libro seguramente les presentó dificultades adicionales?
Claro, porque la elite chilena es bastante pequeña: casi todos se conocen, hacen negocios juntos, se encuentran en matrimonios. Y si no se conocen, se ubican. Ser parte de ese segmento y hablar de otros que también son parte, es difícil. La prueba es que casi todos los entrevistados de la elite pidieron que su testimonio fuera en off the record, sin citar nombres. Hubo mucha gente a la que pretendimos entrevistar y que ni siquiera nos devolvió los llamados. Y otros simplemente nos dijeron que no. Además, estaba la dificultad de escribir sobre un tema relativo a las creencias personales de algunos de sus miembros, aunque a nosotros lo que nos interesaba era la visión de la sociedad que articulaba esa suma de creencias privadas. Por último, hay que sumarle a eso el bajo perfil con que históricamente han trabajado los legionarios, algo que tiene que ver con su nacimiento en México, en plena época de persecución religiosa. Por ejemplo, cuando pedimos la lista con los laicos de la Legión, en la congregación nos dijeron que esa información no se entregaba.
¿Qué diferencia tuvo el reporteo en comparación con Bachelet, la Historia no oficial, que fue el primer libros de ustedes?
Este proyecto fue mucho más complejo para nosotros. Primero, porque tuvimos que compenetrarnos con temas de Iglesia, que no dominábamos, y que tienen una lógica distinta a la de los temas laicos. Segundo, porque la elite económica, a diferencia de los políticos, a menudo influye en la esfera pública desde el ámbito de lo privado. Incluso, en algunos casos esas dos esferas están tan unidas en este segmento que se confunden. Entonces, para algunos potenciales entrevistados explayarse sobre su relación con la Legión era un tema sobre el cual sentían que no tenían por qué hablar con un periodista. Por último, en términos de relato, el libro sobre Bachelet era una biografía, donde la línea narrativa estaba marcada por la trayectoria del personaje. En cambio, en “Legionarios de Cristo en Chile” debimos alternar el relato lineal con capítulos donde describíamos un orden de cosas, un conjunto más que una concatenación de hechos.
Leyendo el libro, da la impresión de que en Chile, lamentablemente, los medios no están invirtiendo en investigación
Lo que pasa es que Chile es un país chico, con bajo nivel de lectura. Entonces, no es muy rentable para los medios tener equipos de investigación. Recién ahora creemos que podría comenzar a serlo, porque los medios de comunicación chilenos son cada vez más competitivos y sus audiencias más exigentes. Pero, más que ganancias económicas, el periodismo de investigación otorga intangibles, como credibilidad y poder de influencia en la agenda. En ese sentido, la apuesta de la Escuela de Periodismo de la UDP en este género es bastante inteligente y loable.
Seguramente muchos pensarán que este es un libro en contra de los Legionarios, pero no es así. Cuáles son las claves del texto.
Nosotros partimos de la base de que escribir sobre los Legionarios de Cristo es un tema de innegable interés público. En ese sentido, el objetivo de este libro no es perjudicar a nadie, sino que abordar una materia de interés común, algo básico en el periodismo. Sobre ese entendido, optamos por privilegiar un relato basado, en lo posible, en la reconstrucción de hechos y personajes, con datos y evidencias que pueden ser chequeados o desmentidos. Además, hay que separar entre Maciel y la jerarquía de la Legión, y entre sus sacerdotes y laicos colaboradores, donde no nos cabe duda que hay excelentes personas. Es claro que hay varios pasajes del libro que no van a gustar a la jerarquía de la Legión, pero eso es otra historia. Si un trabajo periodístico es inexacto, se le refuta. Achacar intensiones a sus autores entra dentro de la subjetividad de cada cual. No nos parece que una discusión como esa sirva para catalogar a priori un producto periodístico.
Creemos que el aporte de esta investigación es tratar de llenar un vacío. Hasta ahora había muy pocos trabajos periodísticos sobre los Legionarios de Cristo en Chile, a pesar de la importancia que ha cobrado esta congregación religiosa en las últimas décadas. Ha habido trabajos puntuales, sobre episodios acotados, como su llegada a la Universidad Finis Terrae. Pero no existía hasta ahora un trabajo que abordara por qué se han convertido en una congregación tan exitosa y poderosa en los segmentos más acomodados. Si bien a nosotros eso nos parece legítimo, creemos que un fenómeno de tal trascendencia no puede escapar del escrutinio del público.
¿Esta es una sociedad pequeña y socialmente muy concentrada. Este libro seguramente les presentó dificultades adicionales?
Claro, porque la elite chilena es bastante pequeña: casi todos se conocen, hacen negocios juntos, se encuentran en matrimonios. Y si no se conocen, se ubican. Ser parte de ese segmento y hablar de otros que también son parte, es difícil. La prueba es que casi todos los entrevistados de la elite pidieron que su testimonio fuera en off the record, sin citar nombres. Hubo mucha gente a la que pretendimos entrevistar y que ni siquiera nos devolvió los llamados. Y otros simplemente nos dijeron que no. Además, estaba la dificultad de escribir sobre un tema relativo a las creencias personales de algunos de sus miembros, aunque a nosotros lo que nos interesaba era la visión de la sociedad que articulaba esa suma de creencias privadas. Por último, hay que sumarle a eso el bajo perfil con que históricamente han trabajado los legionarios, algo que tiene que ver con su nacimiento en México, en plena época de persecución religiosa. Por ejemplo, cuando pedimos la lista con los laicos de la Legión, en la congregación nos dijeron que esa información no se entregaba.
¿Qué diferencia tuvo el reporteo en comparación con Bachelet, la Historia no oficial, que fue el primer libros de ustedes?
Este proyecto fue mucho más complejo para nosotros. Primero, porque tuvimos que compenetrarnos con temas de Iglesia, que no dominábamos, y que tienen una lógica distinta a la de los temas laicos. Segundo, porque la elite económica, a diferencia de los políticos, a menudo influye en la esfera pública desde el ámbito de lo privado. Incluso, en algunos casos esas dos esferas están tan unidas en este segmento que se confunden. Entonces, para algunos potenciales entrevistados explayarse sobre su relación con la Legión era un tema sobre el cual sentían que no tenían por qué hablar con un periodista. Por último, en términos de relato, el libro sobre Bachelet era una biografía, donde la línea narrativa estaba marcada por la trayectoria del personaje. En cambio, en “Legionarios de Cristo en Chile” debimos alternar el relato lineal con capítulos donde describíamos un orden de cosas, un conjunto más que una concatenación de hechos.
Leyendo el libro, da la impresión de que en Chile, lamentablemente, los medios no están invirtiendo en investigación
Lo que pasa es que Chile es un país chico, con bajo nivel de lectura. Entonces, no es muy rentable para los medios tener equipos de investigación. Recién ahora creemos que podría comenzar a serlo, porque los medios de comunicación chilenos son cada vez más competitivos y sus audiencias más exigentes. Pero, más que ganancias económicas, el periodismo de investigación otorga intangibles, como credibilidad y poder de influencia en la agenda. En ese sentido, la apuesta de la Escuela de Periodismo de la UDP en este género es bastante inteligente y loable.
Seguramente muchos pensarán que este es un libro en contra de los Legionarios, pero no es así. Cuáles son las claves del texto.
Nosotros partimos de la base de que escribir sobre los Legionarios de Cristo es un tema de innegable interés público. En ese sentido, el objetivo de este libro no es perjudicar a nadie, sino que abordar una materia de interés común, algo básico en el periodismo. Sobre ese entendido, optamos por privilegiar un relato basado, en lo posible, en la reconstrucción de hechos y personajes, con datos y evidencias que pueden ser chequeados o desmentidos. Además, hay que separar entre Maciel y la jerarquía de la Legión, y entre sus sacerdotes y laicos colaboradores, donde no nos cabe duda que hay excelentes personas. Es claro que hay varios pasajes del libro que no van a gustar a la jerarquía de la Legión, pero eso es otra historia. Si un trabajo periodístico es inexacto, se le refuta. Achacar intensiones a sus autores entra dentro de la subjetividad de cada cual. No nos parece que una discusión como esa sirva para catalogar a priori un producto periodístico.
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