Janis Karpinsky en la UDP
No es un misterio que así como los medios -y muchos periodistas- han dado su vida para mostrar la triste realidad que acompaña a las guerras y dictaduras, otros han guardado silencio o han sido cómplices de violaciones a los DD.HH. Las causas son muchas. Protección de "intereses superiores" (no llamar genocidio al millón de armenios que fueron asesinados sistemáticamente por el gobierno turco a comienzos del siglo XX), negligencia y distancia de la "agenda" (900 mil tutsis y hutus moderados masacrados en Ruanda en 1994) o simplemente complacencia e intereses con el poder (Chile durante 17 años). La guerra en Irak tuvo como símbolo Abu Ghraib, la cárcel que se convirtió en el centro de torturas de EE.UU. y que desató un escándalo de proporciones luego que los medios revelaran lo que ahí sucedía. A cargo de todo el sistema de prisiones en Irak estaba Janis Karpinski, la generala que asumió la responsabilidad política, a pesar de no estar involucrada en los hechos. Desde ese entonces -y a través de su libro One Woman Army- puso sus esfuerzos en mostrar cómo las torturas fueron calibradas desde la Casa Blanca. Invitada por la Escuela de Periodismo de la UDP -y gracias a la gestión de los periodistas Catalina Navarro y Amaro Gómez Pablos- Karpinski enseñó las huellas de la guerra y aquello que los medios no fueron capaces de decir. Además, y quizás fue los más importante, dejó en claro las razones para que el periodismo -en todas sus plataformas y dimensiones- no se olvide de sus responsabilidades históticas.
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