martes, diciembre 29, 2009

Las 10 lecciones de Google


Sobre el comentado libro de Auletta (que ya es posible bajar por US$5 desde Kovo a cualquier smartphone) Googled: The End of the World As We Know It, se ha escrito bastante y el mismo Ken Auletta (redactor del New Yorker) le ha sacado el jugo con una decena de artículos sobre todo lo que aprendió del mayor exponente de la revolución digital de la década que se va. Sin embargo, aún hay mucho que sacar de interior de esta empresa que nació en 1997. Tanto medios como empresarios deben recoger las lecciones de lo que Google ha enseñado. Si la que se va es la década de la participación, la que viene es la de la empatía. La industria (y los medios) no sólo deben dar espacios a sus audiencias, sino que deben construir con ellas. En la nueva industria no hay certezas (los gurués se diluye, por suerte) y tampoco amigos o enemigos evidentes, pero hay creatividad y pasión. Acá el texto completo sobre Google.


1. La pasión triunfa
Partamos con el consejo que Larry Page ofreció a los graduados de Stanford: "No se acomoden". Esta intención se reveló con el fervor con el que él y Sergey Brin inspiraron a la empresa a "servir al usuario", a mejorar radicalmente la búsqueda. O como me contó el CEO Eric Schmidt: mientras él asumía que "Google sería una compañía importante; los fundadores siempre asumieron que Google sería una compañía definitoria".

2. Se necesita foco
La pasión sin foco puede conducir al extravío. Bill Campbell, un mentor de Silicon Valley, pasa un par de días a la semana en Google y piensa que la clave del éxito de ésta es su "pasión enfocada". Para él, Schmidt fue quien les dio un foco a los fundadores. El empresario de medios, Barry Diller, piensa que lo que antes se veía como rudeza en Google, en realidad era foco. "Las cortesías de negocios les importan mucho menos que al resto. Y se han mantenido fieles a ellos mismos. Es una fortaleza espectacular".

3. También se necesita visión
Sin visión, incluso la pasión más enfocada es como una pila sin aparato. "No seas malo" es un encantamiento vago. Pero el esfuerzo de Page y Brin por lograr que "toda la información del mundo esté disponible", y por servir a los usuarios, es una visión. Esto llevó a que Google indexara exitosamente la red, lograra que se pudiera buscar noticias y libros, tratara a los avisos como información, ayudara a los usuarios a buscar los productos más baratos, a encontrar direcciones y almacenar y compartir sus correos electrónicos.

4. Una cultura de equipo es vital
La asignación de un 20% del tiempo de los empleados de Google a proyectos que ellos elijan les otorga un sentido de apropiación. Fiel a sus ideales de fuentes abiertas y sabiduría-de-las-masas, Google ha creado una administración en red que funciona tan bien desde abajo hacia arriba como desde arriba-abajo. En ambas direcciones, libera ideas y esfuerzos. Larry Page observa: "Uno quiere tener una cultura en que la gente que hace el trabajo, los científicos y los ingenieros, esté empoderada".

domingo, diciembre 27, 2009

Fogel y la primera década de los bárbaros



No cabe duda que está década estará marcada por toda la transformación generada por Google y sus herramientas y por el ya trillado 2.0. Pero más allá de lo molesto que suena escucharlo, lo que encierra el concepto es lo importante: la irrupción de las audiencias (llegaron los Bárbaros en la expresión de Baricco) y el mejor ejemplo es que mientras los diarios en EE.UU. han perdido 7 millones de lectores desde 2005, las noticias han ganado 35 millones de consumidores, mucho de los cuales quieren sociabilizar y ser parte del flujo de esas noticias, agregarlas a sus blogs y darles su propia perspectiva. Jean Francois Fogel, profesor de la FNPI y ex director de Le Monde.fr, escribió este texto para el especial de la década de La Tercera (que edité junto a Sergio Fortuño y Gaspar Hubner). "El espectáculo del internauta aislado que visita un sitio pertenece al pasado", dice Fogel que explica de esta manera como internet dejó de ser (en pocos años) un medio de comunicación (tiempos aquellos¡¡¡) para convertirse en un espacio social. La cultura clásica está dejando de existir a manos de un ego disperso, repartido en plataformas y flujos. "Las masas que irrumpen en las redes no configuran una masa integrada", explica Fogel. ¿De qué le puede servir esto al periodismo? Fogel no lo dice, pero una audiencia activa, es un audiencia necesitada de información o de actividad informativa. Los periodistas deberán tomar las posiciones que la audiencia exige, dominar las plataformas y profesionalizar el flujo. Parece fácil, pero la competencia hoy es con la misma audiencia.

Por Jean Francois Fogel
No podemos dudar de lo que es Internet. Al principio del siglo XXI era bastante fácil equivocarse y creer que se trataba de del sexto medio de comunicación de masa. Después del libro, del periódico, del cine, de la radio y de la televisión, Internet ocupaba el último puesto en la lista de la aparición de los medios con dos especificidades: funcionamiento continúo en una red y utilización de la tecnología digital. Para ser más preciso con el calendario, la misma visión de Internet, meramente mediática, seguía vigente al final del primer lustro. Pero todo se derrumbo en unos años, de una manera tan brutal, parecida a la enorme ola de un tsunami de internautas, que la definición ya es ineludible: Internet no es un medio de comunicación sino un espacio social.
Al comprar Myspace, el magnate Rupert Murdoch, dueño del grupo Newscorp, anunció el cambio en 2005: los medios tradicionales debían tomar en cuenta estos nuevos medios cuyo contenido es un mero aporte de la audiencia, por creación, recreación o piratería. User Generated Content (UGC – contenido creado por la audiencia) fue durante un momento la expresión más citada en Internet, cuando aún sonaba que habría sitios donde acoger a la actividad de la audiencia. Claro que hablamos de tiempos muy lejanos. Los grandes sitios son ahora plataformas que pertenecen por completo a la audiencia. Tener su página personal, sus contenidos, sus enlaces y vigilar en la puerta de su rincón digital es la oferta básica de las redes sociales que dominan por completo la red mundial de Internet.

El auge de la red social Facebook, meramente en el año 2009, es quizás el hecho que mejor expresa el cambio: un poco más de diez meses, desde la segunda parte de enero hasta el principio de diciembre, bastaron para ampliar el número de los internautas registrados de 150 millones a 350 millones. Más de la quinta parte de la gente que se conecta a través de la red mundial cada mes utiliza a Facebook. 35 millones de los registrados en Facebook arreglan su perfil cada día, pues uno tiene que dar la cara sabiendo que tiene un promedio de 130 amigos en la red social. Basta pensar en la existencia de muchas otras redes, Flickr (fotografía), Linkedin (perfiles profesionales), Myspace (música), Twitter (mensajes instantáneos), etc. para entender que un abanico enorme de ofertas garantizan a los usuarios de la red el cumplimiento de una promesa radical: . La experiencia digital no es tanto una serie de visitas sino un intercambio de enlaces entre “amigos”. De manera extraña, a pesar de la presencia de muchos “amigos” nunca más navegarás solo.

El espectáculo del internauta aislado que visita un sitio pertenece al pasado. La experiencia digital no es tanto una serie de visitas sino un intercambio de enlaces entre “amigos”. De manera extraña, a pesar de la presencia de muchos “amigos” no se trata de una nueva definición de la vida social. Más bien de una “externalización” del individuo cuya personalidad se define por contenidos cargados o descargados, por ajuste en su perfile, por expresión a través de contenidos copiados y pegados para crear el testimonio de la existencia fragmentada de su ser en plataformas digitales.

La cultura clásica, es decir la acumulación de un patrimonio reconocido por todos y organizado en una visión estable del pasado, no existe para un ego repartido a lo largo de plataformas y de flujos. Las masas que irrumpen en las redes no configuran una masa integrada. El presidente Barack Obama, con su elección triunfal a la presidencia de Estados Unidos lo demostró de manera contundente. En 2008, consiguió implementar una campaña novedosa renunciando al empleo de la primera persona del singular para decir a los internautas we “nosotros” o you “vosotros”, es decir: cada internauta en su red social. Al entregar herramientas y posibilidad de actuar a todos los inscritos en un gran número de redes sociales (Youtube, Facebook, Blackplanet, Migente, MyBatanga, Faithbase, etc.) consiguió movilizar a millones de personas que querían participar, por su cuenta y a su manera, en la elección de un presidente. Era una prueba contundente: Internet permite movilizar a internautas en búsqueda de una expresión personal. Un año después de su hazaña política-digital, el político demuestra las limites del proceso: Internet no es una herramienta para organizar el apoyo a una política única. Las masas no navegan en Internet para configurar una masa que apoya a un gobernante. Cada internauta navega para comprobar su existencia en el océano de los enlaces y, al compartir enlaces, tiene una vida social.

Las reglas del espacio social del mundo digital, no se parecen a las que rigen la vida social en el mundo analógico. Sería peligroso decirlo de manera más directa hablando por una parte de la vida en el mundo real y por otra parte de un mundo en línea. Ya sabemos que se trata del mismo universo “glocal”, global y local, pues vivimos en el mundo de la red globalizada y en el mundo local de nuestro entorno diario. Vivimos en uno y en el otro, sin alternar, de manera continua. En otras palabras, la evolución de Internet en la última década confirma el planteamiento de la película Matrix: somos bienvenidos pero no sabemos a qué mundo. Hay dos mundos pero queda por demostrar ahora cual alberga nuestra vida virtual.

lunes, diciembre 21, 2009

Mediápolis 44

La portada La Nación un día después elecciones del 13 de diciembre fue una de las grandes discusiones post frenesí en las redes sociales. El diario no se centraba en el triunfo de Piñera, sino en el llamado de Frei a unir "las fuerzas progresistas". Twitter fue el recipiente de las críticas al extraño punto de vista de La Nación. Y nuevamente puso sobre la mesa la independencia y la mirada periodística del diario. Para entender su filosofía y evaluar los criterios editoriales de La Nación invitamos a su director, Marcelo Castillo a la edición 44 de Mediápolis. Con él conversamos no sólo de la "famosa" portada, también discutimos sobre los objetivos del diario, la extraña estructura de propiedad del medio y la capacidad de ser oficialista y hacer buen periodismo. Con cierta independencia., por cierto.


Un día en Internet

A Day in the Internet
Created by Online Education

jueves, diciembre 17, 2009

Mediápolis 43

Hernán Larraín, coordinador de Marketing y socio de Storm, analiza la campaña de Sebastián Piñera a días que el candidato de la Alianza diera el primer golpe por la carrera presidencial. Larraín detalla en Mediápolis los momentos claves de la campaña, analiza las debilidades de Eduardo Frei y, por supuesto, entrega algunas claves de cómo se conquistará el voto MEO en la segunda vuelta. Un tema no menor y que será decisivo para la desenlace de la campaña.

martes, diciembre 15, 2009

La TV que no queremos ver

La TV está cambiando y muy rápido. A fines de los 90, Baywatch se exhibía en 142 países y en su momento de gloria cerca mil millones de personas la veía. Hoy la serie más popular en el mundo es House con una audiencia bastante menor que el equipo comandado por Pamela Anderson: de 82 millones de telespectadores. La digitalización de la TV ha permitido que al ya enorme número de aparatos en el mundo (1.100 millones de hogares tiene un TV) ahora se sume una gran oferta de canales. La pregunta entonces es si el mundo será más "idiota" como dicen los detractores de la televisión o si una mayor conexión hará un mejor planeta. Con la idea de resolver esta duda se aboca este muy buen artículo de la Foreign Policy. Según el texto hay pruebas científicas para demostrar que la TV educa, generar procesos democráticos más transparentes, disminuye el consumo de drogas y reduce la corrupción y los índice de natalidad (especialmente en países pobres). Y, por supuesto, no necesariamente hace a la gente más idiota. Por lo menos, no potencia el fenómeno. Esto, es un hecho, lo intuyen los burócratas. Una investigación muestra que en 97 países el 60% de las cinco principales cadenas de TV las maneja el Estado, en muchos casos con consecuencias negativas. El texto invita a mirar la TV desde la distancia que no tienen sus detractores, que prefieren vestirse con un enfoque elitista y políticamente correcto. La TV está cambiando con el mundo digital y ese mundo, si se observa y discute democráticamente, abrirá las puertas a un diálogo sin prejuicios, que sumará más luces que sombras.

Por Charles Kenny
La televisión”, se lamentaba el escritor de ciencia-ficción Ray Bradbury en 1953, es “esa bestia insidiosa, esa Medusa que convierte en piedra a mil millones de personas cada noche y las hace quedarse absortas, esa sirena que llama y canta y promete tanto y, al final, da tan poco”. Bradbury no fue el único en indignarse: la televisión ha recibido tantas críticas como aplausos desde que comenzaron las primeras emisiones, en 1928. Sus detractores, desde los asqueados defensores de lo políticamente correcto hasta los indignados guerreros conservadores de la cultura, le echan la culpa de la mala salud, la ignorancia y la decadencia moral, entre otros males variados. Algunos van más allá: según una fatua reciente emitida en India, la televisión es “casi imposible de usar... sin pecado”. El año pasado, un destacado clérigo saudí dijo que era permisible matar a los ejecutivos de las emisoras de televisión por difundir la sedición y la inmoralidad.

Entonces, ¿será la rápida proliferación planetaria de televisores y canales digitales y por satélite a rincones del mundo en los que aún no se ha oído hablar de Internet la causa de la decadencia mundial que temen esos críticos? No parece. Un mundo de teleadictos sentados ante sus televisores digitales tendrá sus inconvenientes: menos boleras y más bolos en la Wii. Quizá sea un mundo con más obesidad, o no, según a quién se le pregunte. Pero también puede ser un mundo más igual para las mujeres, más saludable, mejor gobernado, más unido frente a las tragedias mundiales y más aficionado a votar en las versiones locales de la edición americana de Operación Triunfo que a disparar contra la gente.

lunes, diciembre 14, 2009

Living Stories: una nueva forma de hacer noticias

A pesar de que lanzó hace una semana, vale la pena tomar en cuenta Living Stories, un proyecto que suma al NYT, el Washington Post y Google pata contar mejores historias. (sí, Google no siempre "roba"). Después de ver la monótona cobertura de las elecciones del domingo pasado (encabezada por las señales abiertas de la TV) y de la pérdida de la fuerza narrativa de muchos medios producto de la crisis (menos costos= menos recursos= menos periodistas= menos calidad), este tipo de proyecto es una buena señal para imitar. O copiar simplemente. Living Stories es tan sencillo como una plataforma que recoge las distintas coberturas sobre un mismo tema. El formato es lo de menos, lo importante es que el sistema agrupa cronológicamente los hechos y memoriza la actividad del usuario, de tal manera que no se repita el plato. El siguiente es un video que explica cómo funciona.


sábado, diciembre 12, 2009

Google no es el villano


Texto publicado en Revista Qué Pasa

Google es hoy un villano. La industria de los medios, que recién vivió el peor trimestre de su historia -sus ingresos hoy son los mismos de hace 30 años-, ha visto en el buscador el principal responsable de sus males. No sólo "les roba" los contenidos a través de Google News, sino que además tiene a la publicidad online por el suelo. Por supuesto, el villano es más un Robin Hood que un simple ladrón para parte importante de la comunidad que se beneficia de sus productos gratuitos. Sólo Chrome tiene 30 millones de usuarios. Éste es el mundo que despeja Ken Auletta en el libro Googled: The End of the World as We Know It. Sí, tal cual, como la canción de R.E.M.

Auletta es el periodista de medios del New Yorker y obviamente ha seguido de cerca la debacle financiera de los diarios y la gigantesca transformación provocada en la red por la compañía de Sergey Brin y Larry Page. "No seas malo" es el curioso lema que usó Google para abrir sus acciones en Wall Street. Según Auletta, es un compromiso que verdaderamente convence al par de jóvenes que creó el algoritmo que hoy concentra el 66% del mercado de los buscadores. Desde esa perspectiva, Google no nació para ser un villano. Todo lo contrario. Su filosofía es una vena que se vincula a los consumidores (¿audiencias?) con mayor fuerza incluso que Facebook y Apple. Pero también algo más: ellos saben que representan a la generación anarco-tecnológica, que odia a Microsoft y que usa el código libre como un arma sin municiones. Pero las tiene.

Internet se tomó sólo 10 años en llegar a más del 50% de la población en EE.UU., el teléfono 71 años y la electricidad 52, pero aunque Google no sea el único nombre de la revolución digital, sí es el apodo preferido. Google juega a ser el bueno, pero como toda empresa que se precie de tal, quiere dejar a otras fuera del camino. "Ellos hacen caso omiso de los supuestos de cómo funciona el mundo y la manera adecuada de hacer las cosas", dice el redactor del New Yorker. Un ejemplo de esto: los derechos de autor. Google News codifica 25 mil publicaciones diariamente y la digitalización de libros no pierde fuerza. A pesar de que negocia, no paga. ¿Cómo funciona su filosofía entonces? "Quieren digitalizar todos los libros, pero no leen ninguno", dice Auletta.

Los componentes idealistas les han traído popularidad a Brin y Page. La idea de desmantelar lo existente tiene que ver con la idea que ellos hacen todo mucho mejor. "No seas el mal", dice su lema. Pero Auletta advierte que son muchas las víctimas de la filosofía (o arrogancia) de Google y esto puede ponerlo muy pronto del lado de los villanos. Incluso, sin serlo.

lunes, diciembre 07, 2009

La Guerra de Arianna Huffington

"Sean realistas, chicos. El mundo ha cambiado", dijo Arianna Huffington en un foro sobre el futuro del periodismo. La fundadora del Huffington Post (blog que factura US$120 millones al año y que creó una fundación para apoyar el periodismo de investigación) se hartó de escuchar las hoy populares críticas en contra de los agregadores. Murdoch, quien encabeza la cruzada, los ha calificado de vampiros, parásitos, cleptómanos de contenidos...el Huffington funciona sobre la base de contenidos propios, una buena cantidad de blogs y como agregador. Así que Arrianna se sintió tocada. "La agregación está dentro del uso justo del derecho de autor y es el ADN de la web", dice Huffington. Hay fundamentos para lo que ella dice: En EE.UU. los diarios han perdido 7 millones de lectores en los últimos 25 años, pero las noticias por internet han ganado 34 millones en 5 años; los videos subidos a Youtube en los últimos dos meses equivalen a todos los contenidos de ABC, NBC y CBS sumados desde 1948 y hoy hay mil millones de sitios en la red. Internet es un mundo ya establecido, querer cambiarlo no parece más que una mueca. Experimentar para generar ingresos y producir periodismo de lujo es una meta sana, pero seguir equiparando el estado de los periódicos con el estado del periodismo es una farsa. "La noticia ahora es un fenómeno social en el que todos participamos", dice Arianna. Los medios tradicionales no han sido capaces de entender este fenómeno, aunque con matices, como el NYT y The Guardian, y ya parece un hecho que la pérdida de lectores no se cura con cobros por contenido. El texto completo de Arianna Huffington acá.

Resumen 233 grados:

Arianna Huffington contraataca. Tras las últimas declaraciones de Rupert Murdoch sobre la vuelta al pago por contenidos y su ataque a los agregadores de noticias, que "roban contenidos" en su opinión, la directora de The Huffington Post ha querido entrar en este debate para defender su modelo de negocio e insistir en que el escenario informativo ha cambiado mientras los medios tradicionales "estaban dormidos".

Sobre la idea que el consejero delegado de News Corporation tiene de Google (los lectores que entran a través de una búsqueda en esas plataformas "no son leales"), Huffington ha indicado que es muy fácil dejar de aparecer en el buscador: "Cualquier site puede dejar de ser indexado por Google con tan sólo anular el archivo robots.txt, pero corres el riesgo de perder gran parte de tu tráfico al instante".

"Rupert Murdoch ha confundido la agregación con la apropiación indebida. Esto último va en contra de la ley mientras que la agregación, dentro del uso justo que las excepciones a la ley de propiedad intelectual ampara, es parte del ADN de la Red", ha señalado.

En su opinión, el futuro del periodismo será un híbrido donde los jugadores tradicionales adoptarán las nuevas formas de los medios emergentes, "incluido la transparencia, la interactividad y la inmediatez"; y las nuevas empresas informativas acogerán sus mejores prácticas: imparcialidad, precisión y el mejor periodismo de investigación.

domingo, diciembre 06, 2009

El Decálogo de la defensa de la Web


Ya se está instalando la idea de que los gobiernos deben intervenir frente al desgate de ciertas industrias que no han podido acomodar sus modelos de rentabilidad a la nueva economía. Y no son pocas las voces que claman la presencia del Estado para proteger la propiedad intelectual. En EE.UU., la industrias más afectadas por la actividad de los P2P y los piratas han perdido 500 mil puesto de trabajo y se han levantado para exigir mayores controles, que en muchos casos son sólo poderosos lobbys políticos para defender intereses de proveedores de internet. Los mismo temas se discuten hoy en Chile con la diferencia que prácticamente sólo se han sociabilizado entre los más cercanos defensores de la neutralidad de la red. Esta semana España vivió su primera gran batalla en este tema, que puede resumirse como el enfrentamiento de un mundo que no entiende la gran transformación (económica, social política, cultural) que ha generado internet y otro mundo que defienden el derecho lo que hasta ahora se ha ganado. El gobierno español está discutiendo la incorporación al modelo europeo de vigilancia de internet con capacidad para desconectar a usuarios o perseguir a las web de P2P, que es el camino que prefieren las organizaciones no ligadas a la industria. Las dudas sobre el camino que seguiría el PSOE generó una enorme movilización en la web bajo el lema de El Manifiesto, que es un texto para garantizar "los derechos de los ciudadanos, su privacidad, la neutralidad de la Red, el derecho a usar nuevas aplicaciones y servicios en las redes de telecomunicaciones, la banda ancha como servicio universal, la relación a través de la eAdministración o el derecho a disfrutar de contenidos de dominio público". El Manifiesto fue un sinónimo de redes sociales y la capacidad de organzación de los internautas. En Google logró 1,4 millones de resultados. Juan Varela describió en el siguiente artículo las claves del Manifiesto (derechos fundamentales) y la defensa que pronto tendremos que dar por estos lados.

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

jueves, diciembre 03, 2009

La TV que se acerca y la publicidad que se asoma

A la industria televisiva le espera un escenario complejo, algo menos dramático que el de diarios y revistas, pero con un impacto mayor, debido a sus dimensiones. Hay señales bien claras, como es la disminución de la sintonía promedio de la TV abierta en la mayoría de los países que cuentan con un negocio competitivo. En EE.UU. los 20 programas más vistos durante la temporada 1979-80 marcaban 21,7 puntos. En cambio, entre 2009-10 apenas marcó 11,3 puntos. Pero esto no es nada. La audiencia de las cuatro cadenas más importantes ha disminuido desde 1994 en un 42%. Pero esto es sólo parte del problema. Las pantallas se han multiplicado, pero no así la publicidad. Habrá nuevos players con modelos muy agresivos y no es evidente que la publicidad será igualmente elástica. Que en el último mundial 60 millones de personas hayan visto los partidos por celulares, se reflejó fundamentalmente en mejores ingreso para las telefónicas y la FIFA, pero sólo en una pequeña parte para la TV. Claro, más pantalla son sinónimo de audiencias segmentadas, nuevos productos y nuevos probablemente una mayor diversidad de prime times. Pero aún está por verse cómo se construirá la publicidad para la TV online, porque aunque ha crecido, los rating de la TV online aún son bajos. Por supuesto, las cadenas no sólo están pensando transformar la TV en un monitor multipropósito, sino convertir el tiempo (y el rol de telespectador) en un proceso continuo. Es decir, seguiré viendo en mi celular o PC el mismo programa que hace unos minutos estaba viendo en el TV y en la misma escena. De todas maneras, un escenario pendiente. El siguiente artículo analiza el tema.


In its heyday, "This is Your Life" was seen by a broad swath of viewers tuned into their Philcos all at once, never dreaming that someday it could be rebroadcast, paused live, accessed on another gadget, or that its entire run could be contained on a thin metal disc.

Almost 50 years later, we're almost similarly in the dark. Those Samsung flatscreens in our living room might still be the go-to device, but they are fast being joined by computer monitors, laptops, gaming consoles, iPods and mobile phones distributing content once solely accessed by TV, or in some cases, content that competes with TV. It's conceivable—and probably inevitable—that TV/web convergence will lead to us ordering up movies, pizza and even advertising while watching custom-tailored content and interacting with social-network buddies at the same time.