Junto a TVN, la Escuela de Periodismo de la UDP trae a Chile a Henry Jenkins, investigador del MIT, escritor y ensayista y uno de los mayores digitadores de los nuevos paradigmas en la educación. Los innumerables proyectos que ha realizado, vinculando las transformaciones tecnológicas a los desafíos culturales, lo ponen a la cabeza de notables experiencias educativas, siempre desde su "cabeza de playa" que es el Comparative Media Studies. Jenkins es un convencido que para estudiar parte de los enormes cambios generados por internet, se requiere de las ciencias sociales, las "humanidades aplicadas", como él las llamas. Pero no sólo eso, desde su libro Convergence Culture, apunta al fin de la capacidad de los grandes medios por modelar a las audiencias. "Es la hora de la inteligencia colectiva", dice Jenkins. Frase que debe herir en lo más profundo a la elite intelectual, que ve en su propio esfuerzo un elemento diferenciador con el resto de la sociedad. El esfuerzo mayor de la visita de Jenkins, que dictará su conferencia el 10 en TVN, es Cristóbal García, quien fue alumno de profesor del MIT y ha seguido sus obsesiones de cerca. En la siguiente entrevista Jenkins cuenta cómo la educación debe participar del cambio generado por el mundo digital y no sólo mirarlo de cerca. ¿Cuál es la característica de la carrera de Estudios Comparativos de Medios?
Hablamos de estudios comparativos porque incentivamos a los alumnos a trabajar con los medios de manera transversal, cubriendo toda la gama de formas mediáticas existentes en la actualidad. También atravesamos las culturas: queremos que estudiantes de distintos lugares del mundo analicen los medios de diferentes sitios. Y recorremos todos los períodos históricos, desde los orígenes mismos de la comunicación humana hasta lo que vendrá.
El programa es transdisciplinario, ya que participan docentes de una decena de disciplinas centrales en nuestra comunidad. También es teórico-práctico, de manera que todos los alumnos tienen experiencia en la producción de medios, no sólo en su estudio. De hecho, uno de nuestros caballitos de batalla es la idea de las humanidades aplicadas. Así como en el MIT tenemos la matemática aplicada o la física aplicada, estamos convencidos de que las humanidades necesitan un espacio de aplicación, especialmente porque hoy estamos asistiendo a profundos cambios en el paisaje mediático, que requieren la intervención de las humanidades. Así, hemos creado dentro de la carrera una suerte de cultura de laboratorio: la mayoría de los estudiantes realizan tareas de investigación y docencia, y trabajan en proyectos vinculados a la industria, los órganos de decisión, los educadores, los curadores de arte y todo un espectro de instituciones.
El programa hace hincapié en la figura del intelectual público: todos nuestros equipos de investigación tienen blogs muy activos, pero además cada estudiante tiene el suyo, donde publica entradas sobre su proyecto de tesis y utiliza la comunicación pública para poner su pensamiento en red. Por último, la carrera intenta tender un puente entre el ámbito público y el privado, entre el mundo académico y todos aquellos espacios donde se están produciendo los cambios mediáticos.
En nuestro espacio, la educación está cobrando cada vez mayor importancia como tema de trabajo, tanto para mí como para otros docentes. Empezamos a dedicarnos a la educación a través de un grupo que en su momento se llamó Games to Teach y luego trascendió con el nombre de Education Arcade. Se especializa en analizar cómo se pueden emplear los videojuegos en el ámbito educativo, y como resultado de ese proyecto y de esa línea de investigación hemos desarrollado prototipos conceptuales e iniciado conversaciones con la industria.