Tim Berners-Lee es internacionalmente conocido como el creador de la www. De su cabeza salió el lenguaje HTML, el protocolo HTTP y el sistema de localización URL. Esta sería la base que recogería Netscape, que en definitiva fue la cuna para la nacimiento del periodismo digital y de toda la revolución que hoy tiene a los medios en la frontera entre lo confuso y los excitante. En la siguiente entrevista -publicada en un especial de Rolling Stone que se titula "Pensar el Futuro"- Berners-Lee advierte sobre la necesidad de evitar que las compañías (las de cable y las telefónicas) controlen la red. Esto no sólo dañaría la generación de contenidos independientes (además de su libre distribución), sino que permitiría el control sobre las noticias y los sistemas informativos. De este modo internet dejaría de ser la alternativa al resumen noticioso de las grandes empresas periodísticas que, como hemos visto estos días, muchas veces son más afines a grupos económicos o núcleos de poder que a sus audiencias. La neutralidad de la red es un tema clave para la diversificación del periodismo, para asegurar la independencia de los nuevos medios y para tener un público que se reencanten con una profesión que sólo gana con la revolución de internet. Por Bryan HiattCuando presentó por primera vez la idea de la World Wide Web, en 1990, no la podían entender ni siquiera los especialistas en la tecnología del hipertexto. ¿Lo frustró la resistencia que tuvo una idea tan revolucionaria?
Es que, simplemente, ante un nuevo paradigma la gente no tiene en su cabeza conceptos para entender el cambio. Ellos no entendieron que uno podía ir hacia cualquier lado haciendo un clic. Yo podía dar una charla ante cien personas y, al finalizar, quizá sólo una venía y me decía: “Esto es excitante. ¿Dónde puedo encontrar más información?”. Lo verdaderamente excitante acerca del desarrollo de Internet fue el espíritu de todos quienes trabajaron desde el principio, por la profunda curiosidad que tenían. A ellos no les preocupaba recuperar todo ese tiempo con plata.
Por ahora la web corre peligro de ser dominada por intereses comerciales que desean bloquear ciertos contenidos y darle preferencia a las grandes corporaciones. ¿Qué es lo peor que podría ocurrir?
Las situaciones más pesadillescas involucran toda clase de discriminación. Imagínate que a tu compañía de cable le compras la conexión más veloz disponible para navegar un sitio de películas independientes y así poder ver algunas. Pero no podrás porque tu proveedor de Internet te bloquea y dice: “Perdón, si usted lee la letra chica de nuestro contrato, verá que debe comprarnos todas las películas a nosotros. Así que, por favor regrese a su casilla de cable”. Por eso es tan importante mantener la neutralidad en la red.
¿Esa clase de control tiene implicancias políticas?
¿Puedes imaginar qué pasaría si antes de una elección un gran proveedor de Internet decide favorecer a determinado grupo de noticias? La red se volvió nuestra ventana al mundo, al extremo de que para tener una buena democracia y para permitir que la gente pueda educarse a sí misma necesitamos que sea un medio neutral.
¿Qué opina sobre el modo en que la administración Bush trata a la ciencia?
Me aterra la situación actual en los Estados Unidos. Es razonable tolerar las creencias religiosas, pero no es razonable basar las decisiones de un país en la fe, que corre en sentido contrario al de la razón. Me preocupa que dentro de cuarenta años la gente mira hacia atrás y diga que estábamos jugando mientras el planeta se incendiaba.
¿Cómo llegó su interés por las computadoras?
Mis padres se conocieron mientras trabajaban en uno de los primeros avisos de computadoras, durante los años 50. Cuando yo tenía 6 o 7 años, recuerdo haber sido llevado a ver una de las viejas computadoras Ferranti. Estaba es un gran estante, detrás de un escritorio de acero, casi tan grande como la habitación misma. Tenía un lector de cinta de papel de un lado, una perforadora de papel por el otro lado y un reloj en el frente del gabinete. Me volví a casa y armé una computadora: puse una mesa frente al armario, con un reloj encima. Tenía dos cajas de zapatos, una para el lector de cinta y otra para la perforadora.
¿Le interesaba la ciencia ficción por entonces?
¡Sí! Lo importante del género era que cuestionaba, que sostenía que las cosas podían ser diferentes; era la excitación y la aventura de imaginar mundos distintos.
Usted se encuentra trabajando en la evolución de la web, algo que he denominado “web semántica”. ¿Cómo imagina que será nuestro futuro online?
La web semántica no se parece en nada a la World Wide Web. Es acerca de una red de datos y los datos no son como los documentos. Los documentos son lo que uno lee. La data puede manipularse, hacerla jirones y mezclarla, volver a unirla y hacerse preguntas, moldearla de formas distintas y obtener visualizaciones opuestas. Ponele que entras en la web semántica y buscas tu ciudad natal. Lo que obtienes es una suerte de hoja de cálculo, con otros objetos relacionados. De golpe, no sólo obtienes un montón de información sobre tu ciudad natal, sino que también puedes recoger información sobre la región. Puedes hacer una pregunta y decir: “Ok, ahora quiero hacer una tabla sobre la población y la edad de cada ciudadano de la región”. Después puedes graficar la tabla o ponerla en un mapa.
¿Es una versión estilizada de la web?
Lo que estamos creando es una organización de datos relacionados en un nuevo nivel; hacer cosas con datos es más complicado, mucho más difícil, pero también es mucho más poderoso. Es otro cambio de paradigma y no sabemos adónde puede llevarnos.
¿Qué otros avances tecnológicos considera que tendrán impacto en el futuro?
En la próxima generación veremos grandes adelantos sobre el conocimiento del cerebro. Es tan excitante, la unión del rompecabezas genético de una persona para entender cómo se formó y cómo funciona. Pero no sólo son avances técnicos, sino que habrá cambios sociales basados en la tecnología. Cuando empezó Wikipedia, todo el mundo quería editar entradas. Ahora, la comunidad Wikipedia busca construir una forma de autogobierno; una que le garantice más poder a unos que a otros. Ellos experimentan varios modelos de decisión colectiva acerca de lo que es correcto.
Entonces, ¿los problemas que tenemos en el mundo real empezarán a reproducirse online?
Durante los siguientes cincuenta años nos encaminamos hacia el fin del mundo. Nos expandimos al punto de que todo el mundo estará conectado; ya no existe otro lugar adonde ir. Vamos a tener que habituarnos a vivir entre nosotros. Deberemos encontrar modos de resolver disputas pacíficamente; modos de volver el conocimiento accesible para todo el mundo, que la gente vea lo importante que es, para que vean que otra gente necesita ayuda. Eso implicará una gran transferencia de recursos del Primer Mundo al Tercer Mundo. Necesitamos invertir recursos en la ayuda para la gente, en lugar de invertirlos en hacerlos volar en pedazos cuando les tenemos miedo.
¿Cree que para entonces aún estaremos usando la web? ¿O habrá avances que ni siquiera imaginamos?
Cambios de paradigma como la web son raros. Todavía estamos escribiendo libros, escribiendo diarios personales a mano, como hacían los monjes de la Edad Media. El teléfono permaneció intacto por un largo período de tiempo. Ahora, los teléfonos están en nuestros oídos en vez de estar en los escritorios, pero el concepto es el mismo. Pese a increíbles novedades que experimentamos en los últimos años, uno deber recordar que, a gran escala, las cosas se transforman lentamente.
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